Por: Madeleine Sautié
Eduardo Torres-Cuevas, la virtud presente.- Ofrendas florales de Raúl y Díaz-Canel acompañaron las cenizas del relevante intelectual cubano| madeleine@granma.cu
Las voces se sienten muy bajas. Un libro de condolencias recoge un buen número de firmas, pues los que han llegado hasta la Casa de Altos Estudios Fernando Ortiz quieren escribir el sentimiento que les agita el pecho en esta tarde del 1ro. de septiembre, en que se despide a un intelectual mayor, el historiador y maestro Eduardo Torres-Cuevas, cubano ejemplar, fallecido el pasado domingo, a punto de cumplir sus 83 años.
Muchísimas ofrendas florales, que llegan desde las instituciones en las que el insigne martiano Eduardo Torres-Cuevas dejó su huella, desbordan el recinto, entre ellas las del General de Ejército Raúl Castro Ruz y de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República.
Allí se encuentran los miembros del Buró Político del Partido Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular; Manuel Marrero Cruz, primer ministro; Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central; Salvador Valdés Mesa, vicepresidente de la República; Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas, y José Amado Ricardo Guerra, secretario del Consejo de Ministros, junto a otros dirigentes del Partido y del Gobierno.
Se habla de él, de Eduardo Torres-Cuevas, se hacen anécdotas y corren algunas lágrimas. El respeto y el dolor se respiran en un entorno al que han llegado intelectuales, familiares y amigos, pero también gente de pueblo que agradece la palabra sabia y orientadora de Torres-Cuevas, a quien no podía escuchársele sin admirarlo, sin reconocerle, junto al extraordinario conocimiento, su vocación de hombre de bien, de patriota entero.
En la despedida de duelo, a cargo de Abel Prieto Jiménez, presidente de Casa de las Américas, amigo y hermano de causa de Eduardo Torres-Cuevas, supimos que «en su Testamento ante notario dejó fijado en la cláusula Décimo Tercera, que amó a Cuba por sobre todas las cosas, que le entregó lo mejor de sí, y que solo lamentaba abandonarla en tan difíciles circunstancias».
A Eduardo Torres-Cuevas, a quien lejos de reprocharle alguna cosa, le acataremos cada una de sus recomendaciones, le decimos que no nos abandona, que no lo hace jamás quien cuenta con una virtud como la suya. Defender a Cuba y hacer por ella es de esas utilidades que nos legan sus grandes hijos, entre los que cuenta su íntegro nombre.
José Martí por Cuba y el equilibrio del mundo
Honras fúnebres del destacado intelectual Eduardo Torres Cuevas
Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, al destacar la vida y obra de Eduardo Torres-Cuevas, recordó que “en una entrevista a propósito del proceso de restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, subrayó la importancia de un acercamiento entre ambos países y la capacidad extraordinaria del pueblo cubano de enfrentar una situación en la que tuviera una normalidad entre las relaciones políticas entre Cuba y Estados Unidos”. Porque recordemos que muchos pensadores, periodistas cubanos que tenían la preocupación de que un acercamiento con Estados Unidos condujera a la caída del proyecto revolucionario, remarcó Ronquillo Bello.
“Eduardo Torres-Cuevas logra desmontar esos miedos y demostrar que hay en la sociedad cubana, en la política cubana, en la cultura cubana, en la filosofía cubana, en el pensamiento cubano una fuerza extraordinaria como para enfrentar cualquier intento de desmontar el proyecto de la Revolución en Cuba a través de la zanahoria, y más que eso defendía la idea de que nosotros tenemos que apostar y de todas maneras a un momento en el que tendieran las relaciones con Estados Unidos”.
Eduardo Torres Cuevas fue hasta su muerte un colaborador muy cercano de Fidel, de Raúl, de Díaz-Canel, y apoyó a la dirección del Partido hasta el final de su fecunda vida.
Cuando, en aquellos años tan intensos de la Batalla de Ideas Fidel creó la “Universidad para todos”, Torres Cuevas aportó de inmediato su sabiduría y su larga experiencia docente y se convirtió en el Coordinador del Curso de Historia de Cuba.
Sus clases por televisión causaron un gran impacto en la población. Se imprimieron 370 000 ejemplares del tabloide de ese curso. En octubre de 2002, en un acto en el Palacio de Convenciones para para celebrar el primer aniversario de “Universidad para todos”, Fidel le entregó a Eduardo una réplica del Martí de la Tribuna Antiimperialista.
Eduardo Torres-Cuevas integró la Comisión Redactora de la nueva Constitución, presidida por el General de Ejército, y el grupo de trabajo para la gestación del Centro Fidel Castro Ruz.
Dirigió, entre otras instituciones, la Casa de Altos Estudios Fernando Ortiz, la Biblioteca Nacional, la Academia de la Historia de Cuba, la Oficina del Programa Martiano, la Sociedad Cultural José Martí. Fue hasta su muerte Diputado a la Asamblea Nacional. Aunque era un verdadero erudito y tenía una vocación arrolladora por el estudio y la investigación, no se encerró jamás entre libros y archivos. Todo lo contrario, puso su talento y su cultura al servicio de la patria, aceptó y cumplió todas las misiones que le dio la Dirección de la Revolución y se entregó a ellas con lealtad, dedicación y fervor.
Torres Cuevas nos deja su vasta obra y un ejemplo admirable como revolucionario, como intelectual, como maestro, como martiano, como fidelista, como luchador anticolonial y antiimperialista.
El eminente historiador, académico y profesor, Eduardo Torres-Cuevas, una de las figuras más relevantes de las ciencias sociales y la cultura cubana contemporánea, falleció este domingo en La Habana a los 83 años. (Cubadebate)