Santiago de Cuba, Demajagua, 10 de O tubre., El Padre de la Patria tuvo una identidad peculiar desde su nombre desconocido por la mayoría actual de los cubanos, Carlos Manuel Perfecto del Carmen Céspedes y del Castillo hasta su imagen enclaustrada a lo largo de los 206 años de su natalicio. Visto como hombre rígido y áspero, todo lo contrario a su estirpe humano, sensible y consecuente con sus principios consagrados en la loma de San Lorenzo, donde acuñó su tránsito hacia la inmortalidad ya ganada desde el 10 de octubre de 1868.
Dígase ďe sus genes andaluces pero refundados en una niñez al calor de una nana esclava y los cuentos de gúíjes y ceibas. Así, después fueron los viajes al exterior igual que Agramontes, sin olvidar su tierra oriental donde sería el desborde del conocimiento en virtud de la nacionalidad entre cantos y otros tributos afrocubanos, la radicalización de la conciencia y la consecuente actitud ante la discriminación, el abuso, analfabetismo y tantas injusticias que hundieron aquel final de 1868.
Fue el 10 de octubre el puntillazo radical con el grito de ¡Viva Cuba libre! en Demajagua, hoy provincia de Granma. Entonces el entusiasmo por un lado, y por otro, el compromiso de lucha por la independencia y soberania. Bien se supo de una serie de alzamientos armados como el de Yara, pero ninguno tan connotativo y referente como el despertar promovido por Céspedes, hombre culto, amante del ajedrez, promotor comunitario que entendió cómo lo local influiría en la nación, en la apertura de una Era no sólo para Cuba.
Más que caer en el debate histórico sobre la hora y minuto del grito en Demajagua y por qué Céspedes quedó aislado y destituido, vale dignificar su estirpe de cubanía, de infatigable guía, maestro, defensor, corajuďo y visionario sobre el valor de la unidad, el conocimiento, el derecho, la modestia y el amor por el ser, la vida que lo dignificó más alto, supremo, que deja muy por debajo cualquier cargo político o académico e incuestionable en siglos, hoy, mañana y siempre: el Padre de la Patria.