Por: Wennys Díaz Ballaga | Carmen Maturell Senon | Susana Antón Rodriguez
Foto: José Manuel Correa
Díaz Canel: «La historia la estamos construyendo cada día y ahora mismo»
Intervención del Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, pen la clausura del VI Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su X Legislatura.

«Solo una auténtica asamblea del pueblo está en condiciones de enfrentar con sentido de urgencia, serenidad, realismo y compromiso los colosales desafíos que enfrentan la nación en este momento y proyectarse hacia el futuro».
Así expresó el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al intervenir en la clausura del VI Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su X Legislatura, momento en el que también agradeció a todos por los profundos debates responsables y breves «que nos permitieron abordar asuntos cruciales de nuestra realidad».
Añadió que «hoy hemos discutido y aprobado el Plan de la Economía, el Presupuesto, el Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación entre otros temas. Todos ellos están conectados por un desafiante engranado de tareas necesarias para hacer frente a la completa situación actual del país y a los riesgos y amenazas que se cierne sobre la región latinoamericana y caribeña, apuntó.
«Vivimos un momento extremadamente complejo para la economía y la vida cotidiana del pueblo que exige respuestas más profundas, rápidas y responsables. No se trata de una crisis más.
«Es la acumulación de distorsiones, adversidades, dificultades y errores propios por un cerco externo extremadamente agresivo, en un contexto incierto y peligroso para los objetivos de proteger la paz, promover la cooperación y avanzar en la justicia social entre otros asuntos vitales de la agenda internacional.
«Este contexto se ha vuelto peligroso también para la supervivencia del multilateralismo, el derecho internacional, la Carta de las Naciones Unidas y las normas y prácticas sobre las que han descansado las relaciones internacionales durante ocho décadas.
«Esta amenaza se manifiesta de modo singular en la impunidad porque se ha permitido y se permite aún el crimen genocida contra el pueblo palestino.
«Se expresa también la nueva doctrina impulsada por Estados Unidos que ellos llaman con indignante impotencia paz mediante la fuerza, pero que en esencia consiste en imponer a todos la voluntad arbitraria y el dominio del imperialismo estadounidense mediante amenazas e incluso la agresión directa».
La estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos, recientemente publicada, no deja duda sobre las pretensiones hegemónicas contra los pueblos y las naciones de nuestra América, ignorando y poniendo en peligro a la región como zona de paz, firme y oficialmente proclamada desde 2014, significó Díaz-Canel.
El presidente Trump, denunció, declara sin tapujos la pretensión estadounidense de apropiarse de los recursos y riquezas naturales que pertenecen a naciones soberanas del territorio occidental y sus respectivos pueblos. Esto explica el impulso a los planes para establecer bases militares de Estados Unidos en diversos países.
«La presencia militar exagerada y agresiva en el mar Caribe y las amenazas crecientes y provocadoras contra Venezuela con pretextos tan insostenibles que cambian en cuestión de horas.
«El secretario de Estado, el de guerra y otros oscuros personajes de las guerras sucias contra la región han logrado arrinconar al aparato de política exterior de Estados Unidos en un conflicto aparentemente sin salida ni solución. La amenaza de guerra abierta o encubierta contra Venezuela es un alto criminal violatorio del derecho internacional.
Se refirió al asalto y secuestro de un buque tanquero de combustible y la apropiación ilegal de su carga, las cerca de 100 ejecuciones extrajudiciales realizadas a la vista del mundo con ataques aéreos contra embarcaciones en alta mar y las incursiones provocadoras de aviones de guerra estadounidenses sobre el espacio aéreo venezolano.
«Se trata de una brutal y riesgosa medida de tiempo de guerra contra un país que no representa ningún peligro para ellos. Esto muestra la desesperación impotente de quienes han apostado a la rendición de esa hermana nación frente a la ofensiva violenta y despiadada de una camarilla que se ha apoderado de la política exterior y hemisférica de Estados Unidos.
«En la reciente cumbre del ALBA tuvimos la oportunidad de reafirmar la condena en los términos más firmes y categóricos a las amenazas y acciones agresivas contra la hermana República Bolivariana de Venezuela y el absoluto respaldo y solidaridad de Cuba con esa nación latinoamericana y caribeña.
De manera casi paralela y desde mucho antes también con Cuba se ejerce una agresión económica incesante con un recrudecimiento criminal del bloqueo de la injustificada inclusión del país en la furia y arbitraria lista de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo.
Se manifiestan las acciones directas e indirectas promovidas por el gobierno de los EE. UU. dirigidas a interferir en el desempeño macroeconómico interno, promover la inflación y deprimir sustancialmente el nivel adquisitivo de la población.
El Jefe de Estado puntualizó que la dirección del imperialismo ha continuado haciendo uso de su poder monopólico sobre los medios de comunicación y las infraestructuras tecnológicas de las redes digitales para promover desesperanza y desencanto, así como desorientar y confundir, «alimentar la especulación y erosionar la confianza en el liderazgo de la Revolución atacando a fondo la fibra emocional de la nación cubana».
Aún en esas condiciones y en este año de grandes desafíos, el prestigio y la trayectoria de solidaridad del país se hicieron patentes.
Agregó que la resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas reclamó una vez más el fin del bloqueo y recibió respaldo abrumador de la comunidad internacional, a pesar de las sucias gestiones y brutales presiones del gobierno de Estados Unidos y de las falacias que difundieron sobre Cuba, algunas repetidas.
Díaz-Canel resaltó que ha sido el año de movilización consciente de los grupos de solidaridad con Cuba, de las fuerzas políticas, movimientos populares y organizaciones de la sociedad civil en todas las latitudes en temas continuados, ampliando así los vínculos en diversas regiones del mundo y dirigiendo la política exterior a expandir los lazos comerciales y las oportunidades de inversión.
Dijo que continúan fortaleciéndose las relaciones con los cubanos que residen en otras naciones con quienes en el año que culmina se han ampliado los contactos, su participación en eventos nacionales, su involucramiento en proyectos comerciales, económicos y de desarrollo para bien en nuestra sociedad.
«Al analizar la situación actual del país, hemos sido realistas y autocríticos, pero también hemos reafirmado la confianza en la capacidad de resistencia y victoria del pueblo cubano. La patria no se rinde».
Hoy concluimos una sesión de trabajo intensa –puntualizó- profunda y de vital importancia para el presente y futuro de la nación. Hemos abordado con el criterio revolucionario que nos caracteriza, temas medulares que tocan el corazón del proyecto socialista que defendemos y construimos entre todos. Nadie en Cuba necesita que le expliquen que la economía está en tensión.
«Se reconoce la magnitud de la crisis, no se maquilla la realidad y al mismo tiempo se ratifica la voluntad política de cambiar lo que tenga que ser cambiado para defender la justicia social y la soberanía nacional».
Díaz-Canel insistió en que las transformaciones que se deben hacer no son solo estructurales sino de mentalidad.
«El único límite a la flexibilidad es aquello que atente contra nuestros principios, la autodeterminación, la soberanía y la independencia nacional; fuera de eso debemos promover cada vez más y sin temor una iniciativa que nos ayuda a sortear los poderosos obstáculos que pone el enemigo y salir adelante», aseguró.
El mandatario remarcó que la historia la estamos escribiendo cada uno y ahora mismo.
Destacó la voluntad política de priorizar la atención al pueblo, la inversión en lo estratégico y la búsqueda constante de la eficiencia.
Reconoció las enormes dificultades que enfrenta el país agravadas por un bloqueo económico que afecta de manera general, «nuestra respuesta es mayor creatividad, mayor disciplina y mayor control».
Destacó que para 2026 existe un conjunto de acciones que buscan priorizar la producción de alimento garantizando insumos básicos y, sobre todo, generando incentivos reales.
Dijo que se aceleran las inversiones y las soluciones operativas en el sistema electroenergético nacional, combinando con la reparación de termoeléctricas y mayor eficiencia el crecimiento de las energías renovables.
Asimismo, se ordena y transparenta la asignación de divisas de modo que se favorezcan sectores que sustituyen importaciones y abastecen el mercado interno con producciones propias, dar autonomía real a la empresa estatal socialista para elevar la productividad y la eficiencia exigiéndole resultados medibles sin tolerar la inercia ni el inmovilismo,
Agregó que, desde la Asamblea, debemos exigir que cada peso del presupuesto tenga respaldo productivo o social, el cual representa la prioridad de la salud, la educación, la seguridad social y la protección a los más vulnerables.
El mandatario convocó a que se reduzcan drásticamente los gastos improductivos, los proyectos que no aportan valor y las estructuras que no generan resultados.
«Que los territorios asuman mayor responsabilidad en la recaudación de ingresos y en el uso eficiente de los recursos. No se trata de ajustar por ajustar, se trata de ajustar para poder seguir redistribuyendo con justicia».
Al respecto, manifestó que en el centro de los debates se encuentra el Programa de Gobierno para corregir distorsiones en la economía, «necesidad revolucionaria para perfeccionar el socialismo en construcción, hacerlo más próspero, sostenible y justo».
Agregó que, si bien algunas medidas pueden tener gran impacto en la vida cotidiana, la inacción sería el mayor peligro.
«Debemos ordenar lo que está desordenado, valorar adecuadamente nuestro trabajo, estimular el esfuerzo productivo y cerrar el paso a las ilegalidades y desequilibrios».
Este Programa, refirió, es un llamado a la participación consciente de todos a que cada cubano y cubana desde su puesto sea protagonista de la rectificación y el avance.
Por eso, manifestó, se deben ordenar precios y tarifas, enfrentar el caos cambiario, mejorar la relación entre el sector estatal y no estatal, incentivar la producción y proteger a quienes menos tienen.
En tanto, el Programa que se ha aprobado busca «precisamente corregir las distorsiones, fortalecer la empresa estatal socialista como motor de desarrollo y abrir paso a todas las formas de historia que aporten al bienestar colectivo».
Sobre la recién aprobada Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación, el Jefe de Estado dijo que este es un instrumento jurídico esencial para trazar el camino hacia la soberanía tecnológica y el desarrollo que necesitamos. «Debemos convertir a la ciencia y la innovación en motor de impulso cada sector de la sociedad», resaltó.
Esta ley es un paso firme en esa dirección para que el conocimiento creado por nuestro talentoso pueblo se traduzca en soluciones, eficiencia y bienestar. La ciencia no puede quedar en los laboratorios, debe convertirse en soluciones prácticas para la producción, de energía, la salud y la vida cotidiana del pueblo, afirmó.
Destacó que el país no tiene reservas infinitas de recursos materiales, pero sí tiene reservas de talento científico, técnico y académico que no siempre se aprovechan. «Las decisiones económicas clave deben apoyarse en evidencias, estudios, moderaciones y evaluación de impacto. Es imprescindible cortar la distancia entre la investigación y la producción», remarcó.
«Universidad, empresa, territorio tienen que ser parte del mismo ciclo innovador.
La innovación no es solo tecnológica, también es organizativa, de gestión, de participación popular de comunicación y de control social.
La ciencia y la innovación tienen que dejar de ser un complemento para convertirse en motores del cambio económico que necesit8amos.
Los retos que enfrenta Cuba en 2025 y 2026 solo se resolverán con trabajo concreto, control sistemático y participación popular activa.
El XI Pleno y esta propia sesión de la asamblea coincide en una idea. No basta con aprobar, hay que cumplir y no basta con cumplir, hay que rendir cuentas.
Desde esta asamblea debemos asumir varios compromisos políticos, reforzar el vínculo de cada diputado y diputada con su base comunicando, escuchando, explicando y recogiendo pro propuestas concretas para alimentar las políticas públicas.
La decisión de aplazar el 9no. Congreso del Partido no se puede ver como un retroceso, afirmó. Es una decisión necesaria y oportuna que nos permitirá cohesionar las fuerzas, mejorar la situación de la nación, incrementar la confianza del pueblo y crear las condiciones para consolidar como refrenda la Constitución, la construcción del socialismo. «A eso nos ha llamado el General de Ejército», convocó.
Destacó que esta decisión será una oportunidad para dedicar el año 2026 a recuperarnos en todo lo que sea posible y para avanzar en el cumplimiento de los compromisos. También permitirá ejecutar los ajustes que debemos hacer en las estructuras del Partido, el Gobierno y el Estado para facilitar los intercambios de opiniones y criterios que este proceso demanda.
«Todas las fuerzas y energías del Partido, el Estado y el Gobierno junto al pueblo deben consagrarse al mejoramiento de la situación del país», insistió.
Argumentó que se debe continuar avanzando en la implementación de las medidas económicas aprobadas con disciplina y control, reforzando la atención a los territorios afectados por desastres naturales, promoviendo la participación de la juventud en todos los ámbitos de la vida nacional, intensificando la batalla ideológica cultural y comunicacional y defendiendo la verdad de Cuba ante la manipulación y la desinformación.
En este período también deberá cumplir el debate popular del programa de gobierno dirigido y continuar implementando las acciones para lograr el cumplimiento de sus objetivos.
Además, añadió se seguirá trabajando de la elaboración de los documentos que después de la consulta popular serán debatidos en el congreso y ya están muy adelantados.
«Nos corresponde ahora transformar en hechos lo que aquí hemos aprobado. Que cada ley, cada plan y cada presupuesto se conviertan en acciones palpables en la vida de la gente.
«Que la ciencia y la innovación se traduzcan en soluciones concretas, que la economía recupere su vitalidad sin denunciar a la justicia social. Que jamás descuidemos la unidad, niña de nuestros ojos, como lo ha llamado el General de Ejército y Líder de la Revolución, el compañero Raúl. Exactamente, es nuestra mayor fortaleza frente a todas las amenazas.
«Confiamos en nuestra capacidad para la ofensiva revolucionaria, en nuestras resistencias y en nuestra creatividad.
«Esta será la prueba real del compromiso compartido y asumido, la medida verdadera de la fuerza transformadora de este parlamento y de la vitalidad de la Revolución en Cuba.
«Aquí, en la Asamblea Nacional, la Asamblea del pueblo de Cuba con sus jóvenes talentos, sus mujeres y sus hombres de las más visibles profesiones y oficios, blancos, negros, mulatos, fogueados en mil batallas, críticos y comprometidos, la de la Revolución Cubana, viva y actuante.
«La mayor prueba de su existencia es justamente el empeño a fondo de sus enemigos por asfixiarla y destruir hasta sus mínimos cimientos. Esta asamblea tiene el honor de llevar una propuesta de profundo significado patriótico y revolucionario.
«Inspirado en el legado y precedente de nuestro guía y en el llamado a la unidad y la continuidad, recogiendo el sentir expresado en estos tiempos por varios compatriotas, proponemos que el año 2026 sea llamado oficialmente como: el Año del Centenario del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
«Será el año para estudiar más profundamente su pensamiento, para emular su ejemplo de trabajo incansable, de fidelidad a los principios y de confianza absoluta en el pueblo y en la victoria de las ideas.
Díaz-Canel dijo que no bajaremos la guardia, profundizaremos la batalla ideológica y cultural, y trabajaremos sin descanso por el país soberano y próspero que merece este pueblo.
«La tarea es compleja pero la voluntad de este pueblo es invencible», aseguró.
Precisó que la ANPP, unida a la voluntad de salvar la independencia, la soberanía y la Revolución de los muchos peligros que nos acechan hoy, no puede verse separada de la historia que nos trajo hasta aquí superando pruebas que parecieron imposible.

«Que el 2026, año de centenario del Comandante Fidel Castro Ruz, nos encuentren más unidos que nunca», concluyó. Foto: José Manuel Correa























