Audio: Rolando Ramos Junior
Luis Ulacia Álvarez, Gloria del deporte en Béisbol cubano. Participó en cuatro Campeonatos Mundiales, cuatro Copas Intercontinentales, tres Juegos Olímpicos, cuatro Juegos Deportivos Panamericanos y dos Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Está rodeado Luis Ulacia Álvarez de un colectivo de entrenadores con experiencia, donde la mayoría ha jugado varias series nacionales, se centra en lograr un equipo con disciplina fuera y dentro del terreno, unido y combativo, donde prevalezca la confianza entre la dirección y el atleta y cada cual vea la responsabilidad que tiene.
Nace en Ciudad de La Habana Luis Ulacia Álvarez el 24 de septiembre de 1963. Desde temprana edad radicó en la ciudad Camagüey. Poseedor de una estatura de 5.8 pies y un peso de 161 libras que es el equivalente de 73 kg.
Luis Ulacia nunca se destacó por conectar largos batazos, pero el tacto y velocidad lo llevaron a destacarse en el primer turno en la alineación de Camagüey y del seleccionado nacional.
Jugador muy versátil, Luis Ulacia Álvarez se desempeñó muy bien en los jardines y en las olimpiadas de Barcelona 1992 jugó bien en el jardín derecho. Le gustó siempre jugar con el número 1 en el uniforme
En el XXXIV Mundial de Béisbol Luis Ulacia Álvarez finalizó como líder de los bateadores y fue seleccionado jugador más valioso.
Director del equipo Camagüey en la XLVIII Serie Nacional de Béisbol.
Luis Ulacia Álvarez: Resultados individuales
Durante la trayectoria deportiva participó en 21 series nacionales siendo el atleta que más series nacionales jugó para el equipo.
CB | VB | C | H | 2B | 3B | HR | BR | CR | CI | DB | BB | BI | SO | JJ | TP | E | TL | AVE | DP |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
7808 | 6961 | 1147 | 2183 | 281 | 58 | 145 | 355 | 218 | 682 | 77 | 676 | 140 | 653 | 1762 | 1 | 288 | 7386 | 961 | 785 |
Resultados de Luis Ulacia Álvarez con el equipo Cuba
Participó en cuatro Campeonatos Mundiales, cuatro Copas Intercontinentales, tres Juegos Olímpicos, cuatro Juegos Deportivos Panamericanos y dos Juegos Centroamericanos y del Caribe y contra el equipo de Grandes Ligas Orioles de Baltimore
- Oro Olimpiada de Barcelona 1992
- Oro Olimpiada de Atlanta 1996
- Plata Olimpiada de Sydney 2000
- Oro XXIX Campeonato Mundial de Béisbol Aficionado Holanda 1986, Italia 1988 y Canadá 1990
- Oro Juegos Panamericanos La Habana 1991, Mar del Plata, 1995, y Winnipeg 1999
- Oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Santiago de los Caballeros 1986
Luis Ulacia, Director del Equipo Camagüey
Soñó un día Luis Ulacia Álvarez ser director y lo logró en la XLVIII Serie Nacional, responsabilidad que considera muy seria pues es una nueva etapa la de guiar un equipo de peloteros.
Está rodeado de un colectivo de entrenadores con experiencia, donde la mayoría ha jugado varias series nacionales, se centra en lograr un equipo con disciplina fuera y dentro del terreno, unido y combativo, donde prevalezca la confianza entre la dirección y el atleta y cada cual vea la responsabilidad que tiene.
Luis Ulacia se convirtió en un artífice del toque de bola.
El toque de bola
Por: Sigfredo Barros
Luis Ulacia Álvarez era un bateador mediocre, de muy bajo promedio, y el mentor del equipo Bóston de la Liga Nacional ya le había dado el aviso de que sería dejado fuera si no mejoraba su rendimiento.(Granma)
Desesperación era la palabra que mejor reflejaba el estado de animo de Tim Murname aquella tarde del año 1876, cuando aún el béisbol andaba en pañales. Necesitaba a toda costa batear de jit para elevar su average y mantenerse en la nómina del conjunto.
A su favor solo tenía su velocidad en el corrido de las bases. Y esa fue su salvación. En su primer turno al bate conectó un inofensivo roletazo que se quedó dando vueltas entre el home y el box; Murname salió como una exhalación hacia primera y llegó quieto. Era un jit!
Terminado el partido, reflexionó sobre su futuro en el béisbol y comenzó a practicar en secreto el tocar la pelota para colocarla entre las líneas de foul de primera y tercera. La rapidez era su principal arma y gracias a ella su promedio de bateo comenzó a subir día tras día.
Han transcurrido muchas décadas desde aquel entonces para que el toque de bola ocupara su lugar en el béisbol, no como una forma de embazarse sino como estrategia con la cual se ganan juegos. Muchos han calificado al toque de introvertido y discreto, la otra cara de la moneda del jonrón, lo más espectacular de este difícil deporte. Es indiscutible que un batazo de grandes dimensiones, especialmente cuando decide un desafío, levante de sus asientos a las multitudes, todo lo contrario del toque de bola, por muy bien ejecutado e importante que haya sido.
Años atrás especialmente en la década del 90 del pasado siglo el aumento del consumo de esteroides en las Grandes Ligas provoco un desbordamiento de los jonrones hasta un primer bate sacó 50 pelotas más allá de los límites!, y el toque de bola cayó en desuso. Pero se adoptaron medidas, hubo sanciones, y con la mayor especialización del pitcheo relevo, con hombres capaces de tirar por encima de las 97-98 millas para cerrar un choque, de nuevo el llamado «juego chiquito» volvió a tomar su lugar.
Asignatura que en nuestro béisbol está falta de aprobación, pues no abundan los bateadores que sepan tocar una pelota con efectividad, mejor sería decir que escasean. Al extremo de que en la etapa clasificatoria de la pasada 52 Serie Nacional solo se produjeron 456 en 360 juegos, a 1,32 por desafío, a menos de uno por equipo.
Hubo buenos tocadores en los inicios de nuestro clásico de las bolas y los strikes, cuando la ofensiva brillaba por su ausencia. De entre todos es justo mencionar a un artífice del toque, Luis Ulacia. El pimentoso torpedero camagüeyano campeón de bateo en la Copa del Mundo efectuada en Taipéi de China en el año 2001 era un maestro colocando la pelota entre el box y la segunda almohadilla. Otro pelotero sobresaliente en este importante elemento del juego fue el ya desaparecido Eulogio Osorio, zurdo al igual que Ulacia.
Larga historia la del toque de bola. Con muchos altibajos en su deambular. Pero siempre presente por su utilidad, elemento táctico de vital importancia en un deporte tan rico en jugadas como el béisbol.