Que el barrio sea más la obra de todos

Comité de defensa de la revolución CDR

Por: Gladys Leidys Ramos López
El aniversario 60 de los CDR no puede solo significar más de medio siglo de existencia, que ya es decir mucho. También debe sentirse como un cumpleaños que anuncia la madurez de una organización necesitada de un nuevo impulso por la Revolución (Granma)

Cuando accedió a esta entrevista, aún no había puesto su nueva oficina en orden. Para él resulta más grato cumplir con la tarea que le encomendaron, trabajando mano a mano con su gente en el barrio; y para eso lo menos que necesita es un buró bien arreglado.

Reavivar la indispensable labor de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), consciente de que es un reto lograr la eficiencia en los casi 138 000 constituidos en la Isla, es la misión asignada hace unas semanas al Héroe de la República de Cuba Gerardo Hernández Nordelo, quien sin pensarlo dos veces, aceptó el desafío y pretende convertirlo en una oportunidad.

«Los Comités de Defensa de la Revolución fueron fundados en 1960 con un objetivo específico y necesario en aquel tiempo, pero igual de importante aún en el nuestro. Nada dura 60 años sin transformaciones, sin mantenimiento. A la organización le toca adaptarse al nuevo contexto cubano y obrar en correspondencia», expresa un hombre admirado por el pueblo por su disposición a darlo todo por la Patria.

No obstante, dijo, ese propósito que le dio luz a los CDR no ha cambiado. La defensa de la Revolución es lo primordial, aunque han revolucionado los escenarios y modos para hacerlo, afirmó, para inmediatamente preguntar: «¿Qué es hoy defender la Revolución, qué nos toca hacer para contribuir con la sociedad en la que vivimos, para mejorarla?»; y él mismo la responde.

El Coordinador Nacional de los CDR considera que la situación privilegiada de las comunidades cubanas de contar con la presencia de una organización en cada cuadra, no la comparten otros países.

«Saber participar, recurrir a sus bondades para consolidar  acciones que beneficien a todos, porque al fin y al cabo, todos somos sus miembros, es el gran desafío que hoy, más que nunca, se hace visible. El apoyo de esta organización de masas a todas las tareas sociales que se ha impuesto la Revolución, y que han resultado en bienestar para el pueblo, prueban su utilidad», manifiesta.

EL MAYOR RETO ES SUMAR VOLUNTADES

Las actividades que los CDR desarrollan hoy en toda Cuba reciben críticas de todo tipo, muchas constructivas, otras no tanto y unas cuantas coordinadas en ataques claros que se aprovechan, tal vez, de las flaquezas. Es por eso que Gerardo Hernández Nordelo insiste en contar lo que los barrios son capaces de lograr si la buena voluntad los mueve.

Las evidencias están en el apoyo a las acciones para prevenir la prostitución y enfrentar el tráfico de drogas, las indisciplinas sociales y otros fenómenos. También resalta la atención dirigida a familias que lo requieran, así como la vinculación escuela, familia y comunidad.

En todos estos aspectos, el trabajo de los Destacamentos Mirando al Mar, de los juveniles 60 Aniversario, e incluso el de las brigadas creadas en conjunto con la Federación de Mujeres Cubanas, constituyen motivos especiales para que las personas respalden a sus comités.

«Ahora mismo, con la situación sanitaria, es el CDR de la cuadra el que conoce a las personas vulnerables, el que puede contribuir con la entrega de los alimentos, de los medicamentos a los ancianos. Los mismos vecinos pueden apoyar con el pesquisaje y hay cientos de jóvenes que participan en estas y otras tareas, de las cuales muchas han sido convocadas por los CDR», manifiesta orgulloso, pero reconoce que hace falta más de ese empuje.

La iniciativa que más protagonismo demanda de los barrios hoy es, sin duda, el movimiento de la agricultura urbana, suburbana y familiar. «Cultiva tu pedacito, se trata de eso, de aprovechar cada espacio ocioso y hacerlo productivo», refiere.

A Gerardo Hernández le queda claro que un patio o una parcela no resolverá a gran escala los problemas con la alimentación, pero como afirma, podrá contribuir a que la familia se autoabastezca con productos saludables, que le den variedad a su dieta y es un respiro para la economía del hogar, e incluso puede ayudar también a la de su vecino.

Tanto para este nuevo Coordinador Nacional de los CDR como para los ocho millones y medio de cubanos comprometidos con sus comités, este aniversario 60 no puede solo significar más de medio siglo de existencia, que ya es decir mucho. También debe sentirse como un cumpleaños que anuncia la madurez de una organización necesitada de un nuevo impulso, cuya envergadura no deje duda de que existe y que se propone funcionar mejor, como lo necesita la Revolución.

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