Por: Idalberto Aguilar Macias
CMKC, Radio Revolución.- Hoy se conmemoran los 108 años de la matanza de Micara. Era el 27 de junio de 1912.
Entonces, las tropas alzadas pertenecientes al “Partido de los Independientes de Color” junto a su líder Evaristo Estenoz, asediada por el Ejército de la República, quedaron acorraladas en las montañas de la antigua región de #Mayarí Mayarí , fundamentalmente. en las elevaciones de Micara.
La Guerra de los Negros y mi abuelo Pelao.
La suerte estaba echada, más de 300 hombres de la raza negra, mal armados, agotados y hambrientos se enfrentaban al poderoso Ejército del Gobierno, cuyo presidente -entonces- era José Miguel Gómez.
Lo ocurrido en Micara todavía perdura en la memoria de generación en generación.
Entre estas montañas y Vega Bellaca, fueron asesinados cientos de hombres de la raza negra, los cuales quedaron dispersados por todo el camino, entre ellos su histórico líder quien -valientemente- había caído en una de sus elevaciones.
“El rio tinto en sangre” contaban los abuelos de la época. Una verdadera masacre. A pesar de toda aquella tragedia hubo algo que a través de los años conocí y me sirvió de aliento.
Mi bisabuelo mambí: Francisco Aguilar López,(Pelao) quien con apenas 14 años de edad se había incorporado a la Guerra Necesaria, tendría un gesto alentador en medio de tanta pena.
Junto a otros veteranos de la zona logran llegar al escenario del suceso.
Una espantosa carnicería lo conmueve y estalla de indignación cuando ve levantar el machete de un oficial, contra el cuerpo indefenso de un joven negro de apenas unos 16 años de edad.
“¡ No, no lo mate, exclama y continua, te repito, que no lo mate, déjamelo yo sabré que hacer con él ¡El militar cedió y el muchacho fue conducido por Francisco hasta sacarlo de aquél infierno, lo llevó para su casa en el actual reparto Aeropuerto, lo vistió y dio comida.
Allí permaneció por espacio de tres años hasta que estuvo fuera de peligro, por decisión propia el joven decidió regresar al seno familiar en Santiago de Cuba, quienes los daban por muerto.
Pasaron muchos años, y el viejo Pelao tuvo que ir a la capital oriental por cuestiones de salud, quedando atónito cuando un abrazo que parecía interminable lo sorprende en medio de aquella urbe.
Nada menos que el negrito que en 1912, había salvado del filo del machete.
#SantiagodeCuba #CubaDiazCanel #RevolucionCubana#CubaesNuestra
Bibliografía
Archivo personal- “La Masacre de los Independientes de Color” de Silvio Castro Fernández-
Fuentes familiares: Amparo Aguilar, Delia y Modesto Leyet, Aracelis Reyes, Joaquín Álvarez, Blas Macías, entre otros.
Más sobre el tema…
Como una de las páginas más horrendas del período neocolonial cubano, fue rememorada en La Habana la masacre de los miembros del Partido Independientes de Color, en el centenario del brutal acontecimiento.
El escritor y poeta Miguel Barnet, en acto homenaje a los negros y mestizos asesinados entonces, parafraseó los dramáticos versos del poema La Isla en peso, del bardo Virgilio Piñera, para recordar cómo desde sus inicios la nación cubana estuvo marcada por el racismo.
«El Presidente José Miguel Gómez, un liberal de gabinete, pero racista consumado, combatió a los líderes del alzamiento acaecido el 20 de mayo de 1912, cuando las masas negras clamaban por sus derechos civiles, escamoteados por el Gobierno, bajo la influencia de la intervención militar estadounidense», rememoró.
Encabezaron la rebelión iniciada en Oriente el general Pedro Ivonnet, quien alcanzó el grado de coronel en la Invasión a Occidente, y Evaristo Estenoz, también oficial del ejército mambí.
«Pesa y avergüenza el pasado del que no se habla -citó Barnet una frase de José Martí-, y hoy nos referimos a esa triste y ominosa página de la historia cubana», afirmó.
«Fue un brote de rebeldía que aleccionó al poder hegemónico, el cual relegó a los negros a los más bajos estratos de la sociedad sin reconocer la escala de valores dictada por la medida de sus talentos y méritos», significó Barnet.
Agregó que solo con el triunfo de la Revolución de 1959 se produjo una ruptura con el pasado.
«Hoy, en la batalla contra la discriminación y los prejuicios, estamos todos comprometidos, porque es garantía para un futuro digno de las nuevas generaciones», remarcó.
Al homenaje, celebrado frente a la estatua del Apóstol, en el Parque Central, asistió Rafael Bernal Alemany, ministro de Cultura, y reconocidos intelectuales, artistas, etnólogos y miembros de organizaciones políticas.
También participaron Ivanoa Ivonnet Gascón y Jesús Reina Ivonnet, descendientes de Pedro Ivonnet.