Audio: Yailén Aguilar Rodríguez
El respeto a la integridad física y emocional de la mujer tiene que seguir en pleno desarrollo y sin retrocesos, sin discriminación de género y con el apoyo de todos los factores de la sociedad en correspondencia con todo el impacto positivo que ha provocado la revolución cubana en una familia más integral y libre de violencia.
Cuando ocurre un caso, hay que analizar a fondo qué falló y buscar respuesta, soluciones y una proyección preventiva.
«Estamos en un momento superior en la agenda de género, que nos permite contextualizar todo lo que se ha realizado en nuestro país desde el triunfo de la Revolución, con la actualización del modelo económico y social que realizamos hoy», expresó en el espacio radiotelevisivo Mesa Redonda, Teresa Amarelle Boué, integrante del Buró Político del Partido y secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
Al referirse al Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres —aprobado recientemente por el Consejo de Ministros—, precisó que el documento tiene siete áreas de atención y 44 medidas, las cuales están referidas a temas actuales, que fueron preocupación durante el 10mo. Congreso de la FMC y que están presentes en los debates en la base, «pero no quiere decir que esto sea inamovible, pues estará siempre en referencia al contexto de la nación», agregó.
Amarelle Boué significó que el Programa constituye un homenaje a todas las patriotas cubanas, que desde siglos atrás lucharon por la emancipación de las mujeres, y en especial recoge el pensamiento del líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, y de la eterna presidenta de la FMC, Vilma Espín Guillois, quienes trazaron un camino y desde el propio triunfo de enero de 1959 comenzaron a defender la igualdad de género.
Además, argumentó que el Programa está acorde con todo el trabajo legislativo que se realiza en la nación y en concordancia con la labor internacional que ha desarrollado desde hace varias décadas la Federación como paradigma en la defensa de los derechos de la mujer en la región y en el mundo.
La dirigente recordó que esa organización es referente teórico y metodológico para todas las acciones que vinculadas con la mujer se realizan en el país, así como significó que el objetivo del nuevo Programa es preservar todo lo logrado hasta el momento y avanzar en aspectos objetivos y subjetivos que todavía condicionan conductas que irrespetan la igualdad entre las personas.
Para ello, dijo, es preciso que todos se involucren. Los organismos de la Administración Central del Estado, organizaciones y quienes desarrollan nuevas formas económicas. «Hay que tener en cuenta que para continuar impulsando políticas públicas no bastan las legislaciones, es también preciso influir en la subjetividad de las personas y fomentar la educación en este sentido».
La Secretaria General de la FMC afirmó que el tema de la violencia de género y familiar transversaliza todos los objetivos del Programa y también el empeño de rescatar la historia de las mujeres que han luchado durante siglos en el país para lograr muchas de las cosas que hoy son comunes. Además, expresó, un tema importante es el trabajo, la autonomía económica, porque eso implica elevar la autoestima.
La legislación nos acompaña, sobre todo en el derecho a la salud sexual y reproductiva, pero todavía queda mucho por hacer, principalmente en lo subjetivo. Hay sellos que hemos cargado, por ejemplo el cuidado de los ancianos y de los menores, es preciso que como algo natural se compartan las tareas en el hogar, añadió.
Leyes que son necesarias
La viceministra primera de Justicia, Rosabel Gamón Verde, explicó que la nueva Constitución de la República tiene un impacto en el ordenamiento jurídico del país, y que se cuenta con un cronograma legislativo que desarrolla normas de rango superior, en las cuales está incluido garantizar que las normas que se elaboren tengan un lenguaje inclusivo con perspectivas de género.
«Este Programa seguirá desarrollando políticas que comenzaron desde el mismo triunfo de la Revolución, y que se incluyan en el documento sistemas de protección contra la discriminación y la violencia propicia un papel protagónico del Ministerio de Justicia en la implementación de acciones que impulsen el empoderamiento de la mujer», destacó.
Además, refirió que es preciso perfeccionar la legislación vigente para enfrentar la violencia de género e intrafamiliar, así como garantizar la labor institucional y la cultura jurídica de nuestra sociedad, que debe comenzar desde los niños en las escuelas, los jóvenes y también los adultos mayores. «Pero no solo se resuelve con la legislación, si no somos capaces de lograr que se implementen con conciencia y control efectivo», subrayó.
Al abordar la implicación internacional que ha tenido Cuba en programas vinculados con la defensa de la mujer, Margarita Valle Camino, experta del Ministerio de Relaciones Exteriores, puntualizó que nuestro país tiene compromisos más allá de sus fronteras y un liderazgo en el tema.
Recordó que la Mayor de las Antillas fue la primera nación en firmar y la segunda en ratificar la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, aprobada en 1979, la cual entró en vigor en 1981. «Actualmente tiene 189 Estados parte y debemos presentar informes y rendir cuentas de la aplicación de la Convención, darle seguimiento a todas las recomendaciones que nos formula el Comité de ese órgano, en el cual hemos tenido expertas cubanas», puntualizó.
Entre otros aspectos vinculados con nuestro liderazgo internacional, destacó que una amplia delegación de nuestro país —encabezada por Vilma—, participó en 1995 en la Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en Beijing. «La plataforma de acción de ese encuentro, considerado el más importante realizado hasta el momento en relación con la defensa de la igualdad de género, es también un compromiso que tiene la FMC con otras organizaciones de diversas partes del mundo, puesto que se erige como ejemplo en muchos campos vinculados con las mujeres.
«Ahora también tenemos un compromiso con la Agenda 2030 y los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas (en este caso el objetivo número cinco) a través de mecanismos que deben evaluarse en cada país y se presentan informes voluntarios para valorar los avances», puntualizó.