Por: Xiomara Pieri Jiménez
CMKC Radio Revolución.- El ejército de cofia blanca en Santiago de Cuba vuelve a dar la cara en situaciones excepcionales al sostener la atención en primera línea de enfermos y sospechosos de la COVID-19 en diferentes centros de aislamiento.
“Allí estaré”, Himno de la enfermería
“Allí estaré”, el nuevo himno de la enfermería
Esa compleja situación que genera la epidemia, permite que enfermeras y enfermeros ensayen un momento sanitario especial, dice la licenciada Luisa María Riveaux Hernández, presidenta de la sociedad cubana de enfermería capítulo Santiago.
Desempeño de alto valor humano y práctico que ha sido esencial en el enfrentamiento a la COVID-19.
Toda una vida para la enfermería cubana
La enfermería (del latínin-, «negación»; firmus, firma, firmum, «firme, resistente, fuerte»; y -eria, «actividad, establecimiento» o «actividad, establecimiento [relacionado] con los no firmes, no fuertes [enfermos]») es la ciencia que se dedica al cuidado y atención de enfermos y heridos, así como a otras tareas asistencia sanitarias, siguiendo pautas clínicas.
La enfermería forma parte de las conocidas como ciencias de la salud. La enfermería abarca la atención autónoma y en colaboración dispensada a personas de todas las edades, familias, grupos y comunidades, enfermos o no, y en todas circunstancias.
Comprende la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y la atención dispensada a enfermos, discapacitados y personas en situación terminal. Es una profesión dinámica, dedicada a mantener el bienestar físico, psicosocial y espiritual de las personas. La enfermería como profesión aplica conocimientos, es práctica, académica, cumple procedimientos basados en principios científicos, posee bases éticas, tiene autonomía y es social.
Contrariamente a la percepción de algunos, los enfermeros profesionales son un campo exclusivamente dominado por hombres durante gran parte de la historia de la humanidad. Cuando la primera escuela de enfermería del mundo fue abierta en India, debido a creencias religiosas, solo los hombres fueron considerados lo suficientemente «puros» para ser enfermeros.[3]
La enfermería fue principalmente ejercida por hombres durante el Imperio bizantino. En la antigua Roma el término «nosocomial» significaba «hospital en sí», procedente de nosocomi, el hombre que proporcionaba cuidados enfermeros en la antigua Roma y diagnosticaba enfermedades a sus pacientes.
Según indica Colliere, el origen de las prácticas de cuidados está ligado a las intervenciones maternales que aseguraban la continuidad de la vida y de la especie. La alimentación, como necesidad básica que implica suplencia y ayuda (por parte de la madre o sustituta) en los primeros estadios evolutivos del hombre, es considerada como la práctica de cuidados más antigua.[4]
Desde la época de Homero y de Sócrates existe constancia de que se tenía en cuenta que el hecho de autocuidarse desde la perspectiva de la limpieza mantendría la vida y la prosperidad en una persona.
Febe (60 d. C.) es la única mujer a la que se cita como diaconisa en el Nuevo Testamento (Romanos, 16, 1-2). Atendía a los pobres en sus hogares y con el tiempo se convirtió esta labor en parte primordial del trabajo de las diaconisas. No obstante, no se la relaciona con la enfermería