Por: Giselle Méndez Hernández
Portada: Santiago Romero Chang
El primer Congreso Campesino en Armas se celebró en las montañas santiagueras hace 65 años, el 21 de septiembre de 1958. Soledad de Mayarí Arriba – localidad ubicada en el actual municipio Segundo Frente, de la provincia Santiago de Cuba – fue el escenario de este encuentro donde campesinos de la zona manifestaron su voluntad de apoyar la guerra de liberación nacional que se desarrollaba en la Isla, contra la dictadura de Fulgencio Batista.
En la asamblea que tuvo lugar en el territorio que hoy pertenece al poblado Mayarí Arriba de Santiago de Cuba, los campesinos de la zona – representando a todo el campesinado cubano de la época – denunciaron los males que los afectaban y abogaron por una legítima reforma agraria, basados en el principio de que la tierra debía pertenecer a quienes la trabajaban.
En aquel momento, alrededor de 200 delegados del Oriente del país, discutieron durante más de ocho horas otros temas de vital importancia, como la lucha contra el latifundismo y el apoyo concreto al Ejército Rebelde, que en ese entonces libraba batallas decisivas en la contienda revolucionaria liderada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
El primer Congreso Campesino en Armas estuvo presidido por el también Comandante del Ejército Rebelde Raúl Castro Ruz, quien en las conclusiones destacó el valor de un encuentro realizado al fragor de la lucha insurreccional, bajo el asedio del enemigo en las inmediaciones de la zona. Expresó que ni los frecuentes bombardeos de la tiranía en las montañas de Santiago de Cuba habían impedido la masividad de la cita y la lucidez de los planteamientos, lo que demostraba el compromiso del campesinado cubano con la naciente revolución.
Sesenta y cinco años después de aquel suceso, la fecha se conmemora en Soledad de Mayarí Arriba con una serie de actividades político-culturales protagonizadas por la Brigada artística “65 Aniversario”. La misma estuvo conformada por jóvenes artistas de la música campesina, que han recorrido las comunidades de ese oriental territorio de Santiago de Cuba, haciendo gala de las tradiciones guajiras que son símbolo de identidad cultural y cubanía.
Entre décimas y jolgorios ha sido recordada este 2023 la celebración del histórico Congreso, en un contexto muy diferente al de 1958, cuando eran frecuentes las noticias sobre el asesinato de campesinos de la zona, a manos de la dictadura batistiana. Aún bajo aquellas crudas circunstancias, el cónclave se efectuó con delegados de los pequeños productores de caña, café, frutos menores, etc. y numerosos invitados en representación del Ejército Rebelde, el movimiento obrero y otros sectores.
Entre los asistentes al Congreso se encontraba “la heroína de la Sierra y el llano”: Vilma Espín Guillois, quien estuvo presente como delegada del Movimiento “26 de Julio”. A la Heroína de la República de Cuba y presidenta fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas en 1960, se le rindió homenaje en Santiago de Cuba, durante la más reciente jornada de conmemoración de aquel Congreso. A nombre del campesinado cubano fueron colocadas ofrendas florales en el monolito que guarda sus restos, en el mausoleo erigido a los mártires del frente guerrillero, en las montañas de la @heroicasantiago.
Asimismo se recordó a los líderes campesinos Teodoro Pereira de la Rosa y José Ramírez Cruz, quienes en el cónclave campesino del 21 de septiembre de 1958 fueron nombrados respectivamente, presidente y secretario general del Comité Regional Agrario, que se conformó como acuerdo de aquel Congreso en Armas.
Pocos días más tarde, el 10 de octubre de 1958, se promulgó una reforma agraria: Ley No.3 del Ejército Rebelde, que reconocía a los campesinos como propietarios de las tierras en los territorios liberados. La misma Ley – firmada por el Comandante en Jefe Fidel Castro – estableció el compromiso de eliminar el latifundismo cuando triunfara la Revolución.
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El apoyo de los hombres y mujeres de campo fue fundamental para el desenlace en victoria de la última etapa de la guerra de liberación nacional en Cuba. Entre las medidas iniciales del gobierno revolucionario estuvo la primera Ley de Reforma Agraria – firmada en la Sierra Maestra el 17 de mayo de 1959 – que benefició a más de 100 000 familias campesinas, en cumplimiento de los acuerdos de aquel primer Congreso Campesino en Armas.
Sesenta y cinco años después, los productores de los campos cubanos, reunidos en la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), ratifican su apoyo al proceso revolucionario cubano y asumen nuevos retos, como protagonistas del Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional: sembrar más granos, hortalizas y frutas; explotar eficientemente la tierra y diversificar la producción; aprovechar todas las cosechas; estimular y aumentar la producción de leche y las crianzas; ejercer mayor influencia en el proceso de contratación y gestionar con mayor acierto lo relacionado a los precios.
Tales compromisos se asumen como legado de la misión histórica del campesinado cubano en apoyo a la actividad económico-productiva de la nación, desde el escenario del primer Congreso Campesino en Armas en las montañas de la @heroicasantiago.