Por: Alina Perera Robbio | perera@juventudrebelde.cu
Imagen: Santiago Romero Chang
En la mañana de este viernes, el Presidente del Consejo de Defensa Nacional, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, llegó al municipio de Pilón en la provincia de Granma
Hay temblores que estrujan el pecho, como esos sismos del pasado domingo y su cola de tantas réplicas –las últimas son de hace tan solo horas–. Hay fenómenos como ese que no cobró vidas en la zona del oriente cubano –que fue por donde regurgitó la tierra–, pero que han dejado sobresaltos y huellas amargas en la memoria de muchos, especialmente entre los hijos del municipio de Pilón, en la provincia de Granma, donde más se sintió todo.
Y a pesar del miedo tan humano, a pesar de las paredes heridas, de estructuras rajadas, de ventanas que perdieron la forma por la compresión de los techos, de viales interrumpidos por deslizamientos de tierra, a pesar de todos los objetos entrañables que se fueron al suelo en cada hogar, hay una fuerza que desafía toda escala sísmica y que en un municipio como el de Pilón se hace sentir: es el coraje ante la vida; es un heroísmo que hace pensar en nuestros padres y madres mambisas; es un torrente de sentimientos que sabe poner el pecho a todas las grietas de la adversidad.
Tal vez lo anterior pueda resumirse en una frase preñada de orgullo, que una mujer soltó cuando en la mañana de este viernes, en la comunidad de Sevilla en Pilón, el Presidente del Consejo de Defensa Nacional, comentó que en ese municipio el paisaje es de una belleza admirable.
Las emociones, los estremecimientos no bajaron el nivel de intensidad mientras el dignatario recorría el municipio, acompañado del integrante del Buró Político y secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista, Roberto Morales Ojeda; así como del general de División y jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, Ramón Pardo Guerra; del miembro del Secretariado y jefe del Departamento Económico Productivo del Comité Central del Partido, Jorge Luis Broche Lorenzo; del vice primer ministro Eduardo Martínez Díaz y de las autoridades del territorio.
«Hay que ver cómo ustedes actuaron, cómo salieron a los lugares exteriores, que es lo que hay que hacer primero», señaló Díaz-Canel a los vecinos de la comunidad de Sevilla. Y añadió: Aquí también estamos sacando experiencias de lo que pasó, para seguir actualizando los planes nuestros.
El mandatario volvió sobre una idea que ha compartido con frecuencia desde que se produjo la actividad sísmica: Este tipo de evento no se puede predecir así como se logran los pronósticos de los ciclones; entonces, la población tiene que estar bien preparada para saber cómo actuar en el primer momento, porque eso es lo que nos da la garantía de que se preserven las vidas.
«Después lo otro –enunció– es ver cómo atendemos a las personas afectadas; pero si la población no sabe reaccionar, entonces se nos complica mucho las cosas. Aquí no tuvimos que lamentar, aunque hubo personas lesionadas, ninguna pérdida humana, y eso tiene que ver con lo que hicieron ustedes».
¿Ayer hubo alguna otra una réplica?, indagó el Presidente del Consejo de Defensa Nacional con el pueblo. Y alguien respondió desde la multitud:
-Anoche, a las nueve y pico.
-«Tranquilos, expresó, se está siguiendo la situación; hay toda la información; ya hay brigadas de apoyo aquí que están certificando las viviendas y también evaluando los daños que existieron, para entonces ver qué tipo de reparación deben de tener cada una de esas afectaciones, y seguirnos preparando. Ustedes están siendo un ejemplo para el resto del país, como experiencia de cómo podemos actuar ante estas situaciones».
CUANDO CAMBIA LA TONALIDAD DEL CIELO
El primer recinto visitado por el Presidente cubano fue la Oficina de Trámites para la Recuperación ante las afectaciones de las viviendas. En la comunidad de Sevilla, tal cual informaron a la dirección del país, fueron dañadas 405 viviendas, y las infraestructuras de Salud y Educación también fueron afectadas.
Marta Dignó Aguilera, presidenta de la Asamblea Municipal de Pilón, conversó allí con el Jefe de Estado, y le transmitió impresiones sobre todo lo vivido en las últimas horas: «Eso es lo que más daño le hizo a las personas -dijo al mandatario-, que vieron sus viviendas estremecerse. Lo de Pilón fue fuerte. Este es el tercer sismo grande que he visto. Aquí ocurrió uno en el 76, otro en el 92, y uno ahora, pero este fue superior».
Marta le aseguró al Presidente que algo sucede con los animales cuando la tierra está a punto de sacudirse: habló sobre el comportamiento de los perros, y sobre cómo el cielo cambia, coge un color diferente.
«Yo lo digo porque cuando estábamos concentrados en una explanada que hay en mi circunscripción, la gente, cuando vio que el cielo se puso azul, dijo: ya no viene más. Y es verdad que no vino más el temblor.
«Ustedes se han vuelto especialistas», dijo con admiración el mandatario y siguió rumbo a otros lugares de Pilón. Se produjo entonces un paréntesis muy breve, en el cual esta reportera pudo escuchar otras reflexiones de Marta Dignó:
«Ya la población está más tranquila, y como hemos trabajado intensamente en el vínculo, ha sido lindo eso después de todo, ver en las comunidades a la gente preparándose poco a poco, todavía algunos con temor, algunos llorosos.
«Con el trabajo que han hecho nuestros sicólogos, en breve tiempo nosotros, por lo menos en la parte sicológica y la parte de incorporación a la vida normal, lo haremos todo más ágil».
Dignó Aguilera destacó el apoyo de las autoridades, «que para nosotros ha sido de mucha valía. Tener a esos compañeros aquí enseñándonos, que tienen experiencia de trabajo, en los tiempos actuales, con situaciones de la naturaleza, ha sido de mucha ayuda».
EL ROBLE ES EL PUEBLO
Díaz-Canel, estoy contigo, gritó el niño desde la multitud; a lo que el Presidente respondió: Y yo contigo. En otro momento, desde esa misma multitud, una mujer dijo al Jefe de Estado: Usted es un roble. Entonces, él volvió a responder: El roble es el pueblo.
Todo sucedió muy cerca de los edificios ubicados en el consejo popular de Nuevo Pilón, donde los pobladores se habían concentrado a la espera de la visita. No lejos del diálogo se avistaba una gran grieta en uno de los edificios; impresionaba cómo el sismo deformó las ventanas del seminternado Augusto César Sandino –con matrícula de 552 estudiantes–, porque los techos descendieron; y llamaban la atención las carpas verdes, dispuestas en espacios abiertos para dar cobija a los vecinos en caso de nuevos movimientos telúricos.
«Ustedes actuaron muy bien –comentó Díaz-Canel a los pobladores de Nuevo Pilón–; hay diez lesionados pero ninguno con peligro para la vida». El mandatario explicó que ahora hay un grupo de especialistas que están certificando cada una de las afectaciones y qué es lo que hay que hacer para mejorar esas viviendas que fueron afectadas. Y así iremos trabajando, reafirmó.
Cuando alguien dio vivas al dignatario, su respuesta no se hizo esperar: «Viva la Revolución, y vivan ustedes como pueblo, que tenemos un pueblo heroico, disciplinado. Si no hubieran sido un pueblo así, no hubiéramos podido enfrentar una situación como esta».
El Jefe de Estado reflexionó sobre los eventos que están aconteciendo en el planeta y sobre cómo muchas veces las personas quedan desprotegidas. «Eso no es lo que sucede aquí, pero tenemos que estudiar bien lo que ha pasado aquí, para seguir trabajando.
«¿Ya ustedes se sienten más tranquilos?», insistió Díaz-Canel, quien comentó a los pobladores que una de las medidas de la dirección del país fue poner un grupo de sicólogos y de médicos, de muchachos también de Ciencias Médicas, cuya misión fuese tranquilizar a la población porque sabemos que esto tiene un efecto.
«No se pueden confiar», insistió el mandatario, quien volvió sobre una idea en la cual él ha hecho énfasis en estas horas: Recuerden que ahí es donde podemos evitar que tengamos pérdidas humanas.
Además del bonito paisaje, el Presidente –tal cual le dijera la mujer apasionada desde la multitud– recordó que los hijos de Pilón también tienen mucha historia, «desde las luchas por la independencia, desde las luchas de la Revolución; y eso se ve en la estirpe que tienen ustedes de guerreros, de luchadores, y de gente decidida».
De esa estirpe son los profesionales del Hospital General Comandante Félix Lugones Ramírez, donde el sismo dejó daños en algunas de las salas, y aun así el centro mantiene la vitalidad de los servicios. Fue justo allí donde se dieron las primeras atenciones a los lesionados por cuenta del movimiento telúrico. «Con gente como ustedes –afirmó el mandatario– es con la que contamos para vencer».
LA FRESCURA DE LAS RAÍCES
Hacia el final de la jornada, una breve reunión de todos los decisores, cuyo telón de fondo fue la belleza natural de Pilón, dejó en claro que la información está siendo una fortaleza cardinal en todo el proceso recuperativo.
En el encuentro dirigido por Díaz-Canel, se confirmó que como consecuencia del sismo la provincia de Granma sufrió en sus inmuebles afectaciones estructurales de todo tipo. Solo en viviendas, hubo casi 8 000 afectaciones, extendidas en siete municipios, además de Pilón.
Hasta el momento de esa puntualización, en la provincia habían sido puestas a buen resguardo 2 093 personas; y en Pilón, el número ascendía a 49. En el territorio 131 instalaciones de la Salud sufrieron afectaciones; y en cuanto al sector de la Educación, la situación más complicada está en Pilón.