Un sismo de magnitud 6.1 en la escala de Richter sacudió el Oriente cubano a la 1:00 a.m. de este lunes, 23 de diciembre, y según datos preliminares del Servicio Sismológico Nacional se localizó a unos 35 kilómetros (km) al suroeste de la localidad de Chivirico, cabecera del municipio santiaguero de Guamá.
Los reportes de perceptibilidad se han dado principalmente en las provincias de Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, además de Camagüey y Ciego de Ávila; según las precisiones el movimiento telúrico ocurrió en los 19.77 grados de latitud norte y los -76.61 grados de longitud oeste a una profundidad de 9.0 km, ocasionando daños leves en Providencia, Granma, pero no a las vidas humanas. Este es el sismo perceptible número 137 del año.
El Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais) monitorea constantemente la actividad sísmica y exhorta a la población a mantenerse informada a través de los canales oficiales.
El jefe del Servicio Sismológico Nacional, doctor en Ciencias Enrique Arango, director del Cenais, explicó que el temblor de 6.1 «no es réplica de los ocurridos al sur de Pilón, en Granma; se reportan más de 60 réplicas, dos perceptibles, la mayor de magnitud 3.8».
Luego del 10 de noviembre pasado -cuando se registraron fuertes sismos al sur de la localidad granmense de Pilón, que dañaron la infraestructura, aunque no hubo pérdidas de vidas humanas-, se sucedieron miles de terremotos, y más de un centenar perceptibles.
Sismos últimos 7 días
Para muchos sismólogos la pregunta puede parecer absurda. Es casi un consenso que la ocurrencia de terremoto es aleatoria en el tiempo y no depende de factores climatológicos. Ahora bien, en varias regiones del mundo, como el Caribe, existe una diferencia marcada entre la cantidad de eventos sísmicos que ocurren en el horario diurno y el horario nocturno.
Muchos podrían decir que la diferencia se debe a que el nivel de ruido cultural influye en la capacidad de detectar terremotos, ya que en la noche el ruido cultural disminuye, permitiendo que el sismómetro eleve el nivel de detección de terremotos de bajas magnitudes (Magnitud < 2). Esto es incorrecto porque como se muestra en la figura 2, la forma de bahía que muestra la distribución horaria se mantiene para terremotos moderados (M>3), el cual es perfectamente visible por encima del ruido cultural que registran las estaciones sismológica.
Otros de los argumentos que arriban es que las estaciones están registrando explosiones mineras o de otra índole, sabiendo que tienen una programación horaria determinada. Este argumento tampoco es válido, porque las explosiones generan eventos de baja energía (M<1) y se programan generalmente durante el horario diurno. Es evidente que la preferencia horaria de la ocurrencia de terremotos en el horario nocturno es un hecho en estas regiones del Caribe, por lo que se necesita una explicación científica del fenómeno que provoca este comportamiento. De aquí surgen varias interrogantes: (1) El fenómeno está relacionado con las ondas gravitacionales o mareas provocadas por el sol y la luna, (2) Cual otro campo geofísico podría estar influyendo y (3) Esto es un fenómeno local que ocurre solo en estas zonas.
La influencia de las ondas gravitacionales en la modulación de la distribución horaria de ocurrencia de terremotos puede ser una posible explicación, pero se interpone una contradicción que es la siguiente: las mareas son semi-diurnas, es decir tienen pico cada 12 horas, por lo que no se ajusta a la forma de bahía (un pico cada 24 horas) que muestran las distribuciones horarias de ocurrencia de terremotos. Es por ello que tratamos de buscar otro candidato que pudiera estar relacionado: el campo magnético de la tierra.
Medidas ante sismo en Santiago de Cuba. Récords Diciembre 2022
En el artículo científico “Evidence of Correlation between High Frequency Geomagnetic Variations and Seismicity in the Caribbean” publicado en Open Journal of Earthquake Research (2021) (https://www.scirp.org/pdf/ojer_2021042114032557.pdf) se muestra la correlación que existe entre la variación del campo geomagnético registrado por un satélite geoestacionario GOES13 (NOAA/Goes Space Environment Monitor) y la estación geomagnética terrestre SJG ubicada en San Juan, Puerto Rico (INTERMAGNET).