El día que llegó Almeida

¡ A ti te recordamos Comandante, porque aquí no se rinde nadie C...!
¡ A ti te recordamos Comandante, porque aquí no se rinde nadie C...!
¡ A ti te recordamos Comandante, porque aquí no se rinde nadie C… !

Portada: Santiago Romero Chang
Triple M (audio)
CMKC, Radio Revolución, Santiago de Cuba.- Rosario La O Biset “Titina”, fue testigo de cada detalle vivido en la Comunidad de La Lata, Tercer Frente, desde el arribo de Juan Almeida Bosque y la Columna 3 en el año mil novecientos 58.

Siempre contaba que fue una medianoche, cuando le avisan a su mamá que habían llegado unos compañeros que no tenían dónde dormir.

Ella abrió la puerta y le ofreció a uno de ellos su cama para que descansara. Luego sabría que era Almeida. Los detalles en este testimonio de Vidal Viamonte Zorrilla.

Reportaje
“¡Aquí no se rinde nadie, c…!”

Por: MsC. Santiago Romero Chang

Juan Almeida Bosque llegó a Santiago de Cuba como combatiente, héroe, compositor y Comandante, pero lo más interesante: fue líder en estos predios, sembró amores y jamás su impronta nos abandona.

El albañil habanero llamó la atención en Fidel por su carácter, piel morena, valiente, trabajador del balneario universitario como taquillero y mozo de limpieza; rápido se enroló en los preparativos para el asalto al Moncada, gracias a su amigo, otro constructor, Armando Mestre quien le dijo: “Tenemos que salir para Oriente a una práctica de tiro”. Almeida replicó: “¿Tan lejos para una práctica de tiros?… ¿Vamos a tirar con calibre 50 o con cañón para ir tan lejos?”.

A sólo horas del asalto, Almeida mantiene su carácter jovial, jaranero y quiere ser de los primeros. En la Granjita Siboney se distribuyen las armas y uniformes. Juan dice: “Yo quiero uno de sargento”, pero, la joven Melba Hernández fue tajante: “¡Sargento, no, porque no tienes el tipo, no eres alto, ni fuerte, ni gordo, ni barrigón”. Entonces, pidió un M-1, un Springfield o una pistola. Y volvió la respuesta: “¡No, nada de eso hay aquí. A ti lo que te toca es un fusil calibre 22!″.

En el juicio del Moncada no vaciló: “Yo declaro bajo juramento que sí participé en el asalto al cuartel Moncada y que nadie me indujo, a no ser mis propias ideas que coinciden con las del compañero Fidel Castro y que en el caso mío provienen de la lectura de las obras de Martí y de la historia de nuestros mambises (…) No, señor, si tuviera que volver a hacerlo, lo haría, que no le quepa la menor duda a este tribunal”.

Tras la amnistía en 1955, Juan Almeida llega a Veracruz, México, para el entrenamiento militar y partir junto a Fidel y demás expedicionarios del Yate Granma rumbo hacia el oriente cubano, pero no le fue fácil, porque el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) lo tenía registrado con foto y número de perfil 2204.  

Juan Almeida Bosque, de albañil a Comandante de la Revolución y compositor

¡Juan Almeida en 3er. Frente! Portada: Santiago Romero Chang
¡Juan Almeida en 3er. Frente! Portada: Santiago Romero Chang

Después del desembarco, Almeida, junto a sus compañeros sobrevivientes combatieron en Alegría de Pío. El médico Che Guevara herido en el cuello y el fuego enemigo fue más fuerte y próximo. De pronto, los gritos por la rendición. La respuesta maceísta la dio el moreno “¡Aquí no se rinde nadie, C…!”

Por sus méritos crecientes en el Ejército Rebelde, Fidel lo designa para formar el Tercer Frente Oriental, Dr. Mario Muñoz Monroy, por eso, en esta fecha y en todo el año, allá en el mausoleo de Cruce de Los Baños no faltan las rosas sobre la tumba del Comandante en la cima inmediata del poblado cabecera, junto a los restos de sus compañeros de lucha.

El Comandante de la Revolución, Juan Almeida Bosque fue miembro del Buró Político y Vicepresidente del Consejo de Estado, recibió múltiples condecoraciones y órdenes nacionales e internacionales, entre los que destaca el Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba y la Orden Máximo Gómez de primer grado.

Almeida santiaguero

Almeida Bosque quedó para  siempre en Santiago de Cuba, aquí está su imagen muy distinguida en la plaza de la Revolución Antonio Maceo y Grajales, tal y como la concibió el artista Enrique Ávila, una pieza santiaguera de acero, 32 metros de largo por 19.30 metros de ancho, y nada menos que de 16 toneladas.

¡Juan Almeida en 3er. Frente!

Si subes las alturas del centro urbano Versalles transitarás por una carretera de doble vía; esa fue una idea del Comandante Almeida, igual la fábrica de instrumentos musicales ubicada en Cuabitas y Martí; la sede de los Estudios de Grabaciones y Ediciones Musicales Siboney y el flamante Valle de la Prehistoria en el Parque Baconao, declarado Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO en 1987.

Santiago de Cuba también está implicado en varios de los libros escritos por Almeida: en 1986, 1987 y 1988 la trilogía Presidio, Exilio y Desembarco; o Sierra Maestra y Por las faldas del Turquino, ambas publicadas en 1989. Y qué decir del son, el bolero y la guaracha bebida de los trovadores de esta urbe oriental, por ejemplo, temas como: “Dame un traguito” y “Déjala que baile sola”, La Lupe, evocación a la partida de México y obra, himno al amor, al combatiente lejano de su hogar. Incluso, temas de suma solemnidad como Evocación o Elegía, utilizados en el cambio de la Guardia de Honor en el Mausoleo a José Martí, en el cementerio Santa Ifigenia.

Como versa un buen son santiaguero:

¡A ti te recordamos Comandante,
porque aquí no se rinde nadie C…!

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