Por: Joel Macías Rivas*
Mi hijo menor tiene 19 años; como la mayoría de esa edad, son “desafiantes” y emprendedores y a veces no entienden el riesgo que se corre ante las adversidades.
Él me dice que se cuida pero cuando uno ve el comportamiento de la mayoría en sus espacios de relaciones, entonces duda y se “desespera”.
Estamos, asumo yo, en uno de los momentos más peligrosos de la pandemia; la #COVID19 acecha y se les “crean condiciones” para que ataque: la Nueva Normalidad, necesaria, imprescindible, se presta para ello; por eso el deber de que apreciemos de manera consciente el peligro al cual nos enfrentamos.
Quienes celebramos varios meses sin contagio conocido, en #SantiagoDeCuba llevamos más de 170 días en esa privilegiada posición, no podemos confiarnos.
Hay que reactivar la economía y generar riquezas, el país se abre al turismo internacional, se inicia la transportación masiva de pasajeros local y nacionalmente, las instalaciones culturales y la recreación nos devuelven parte del disfrute espiritual y se mantienen un grupo de necesidades materiales que debemos salir a gestionarlas.
Recordemos que alrededor del 50% de los infectados con la enfermedad son asintomáticos, Ud, yo, cualquiera de nosotros puede ser portador del virus y contaminar al otro o sencillamente ser contaminados por otros; si no vemos esa posibilidad entonces NO estaremos asumiendo con la responsabilidad debida la Nueva Normalidad a la cual la mayoría le dimos la bienvenida.
La responsabilidad y la prevención NO son patrimonio del estado, en el actuar individual y colectivo está la clave: usar el nasobuco correctamente, extremar las medidas higiénicas personales y descontaminantes en los centros de trabajo, de estudio, de servicios y asistenciales y guardar las distancias requeridas en los lugares públicos, son comportamientos mínimos que debemos generalizar y hacerlos cotidianos entre los humanos.
Avanzan los ensayos de la vacuna SOBERANA-01 y pronto se incorporará SOBERANA-02, pero mientras lleguen, nuestro comportamiento es la única posibilidad real que tenemos para que mi hijo, el hijo de Ud y nuestras familias no se enfermen y no sufran; entonces es preciso que interioricemos la gravedad del momento en la Nueva Normalidad, NO para rechazarla sino para celebrarla y aprender a convivir con ella.
*Licenciado en Periodismo y director provincial de la Radio
en Santiago de Cuba