Advierten sobre secuelas de la covid-19 y su peligrosidad

Donación de plasma hiperinmune en banco de sangre de Santiago de Cuba
Donación de plasma hiperinmune en banco de sangre de Santiago de Cuba
Donación de plasma hiperinmune en banco de sangre de Santiago de Cuba

Audio: Xiomara Piero Jiménez
Secuelas o los síntomas que deja la covid-19 en pacientes santiagueros no distan mucho de otros registros en el resto del país, por lo que las autoridades de salud pública reiteran el llamado a la prevención y el cumplimiento de las medidas sanitarias aclaradas por los Medios de Comunicación Masiva.

Incluso, las secuelas fueron advertidas por los especialistas cubanos en enero de este año y mucho antes, por ejemplo, científicos y expertos que participaron en el enfrentamiento a la Covid-19 en Cuba, alertaron a principios de este año, según Prensa Latina, sobre secuelas detectadas en pacientes recuperados de esa enfermedad, lo cual refirma la necesidad de evitar el contagio.

Secuelas de la covid-19- Entonces, en enero, en reunión encabezada por el presidente, Miguel Díaz-Canel, esos especialistas señalaron que el principal efecto a corto plazo en pacientes graves y críticos es el daño pulmonar, seguido del renal y cardiovascular.

Dra. María Guadalupe Guzmán, directora de Investigación, Diagnóstico y Referencia del IPK, Imagen web: Santiago Romero Chang
Dra. María Guadalupe Guzmán, directora de Investigación, Diagnóstico y Referencia del IPK,
Imagen web: Santiago Romero Chang

A principios de años, de acuerdo con el sitio web de la Presidencia, explicaron también que en el paciente convaleciente, además, persiste un estado inflamatorio subclínico relacionado con la gravedad.

Se informó, asimismo, que de acuerdo con estudios concluidos en el país, las alteraciones psicológicas más frecuentes son la ansiedad, la depresión y los trastornos de adaptación.

Por otra parte, afirmaron, la astenia, el síndrome de fatiga crónica y los dolores musculares constituyen las manifestaciones somáticas más frecuentes.

En ese sentido, destacaron el éxito del Protocolo cubano de enfrentamiento a la Covid-19 sobre la base de tres líneas estratégicas de acción: 1) que la población sana no enferme; 2) que si enferma no agrave; y 3) que si agrava no muera.

Familia Cubana, prioridad mayor del gobierno cubano. Imagen: Santiago Romero Chang
Familia Cubana, prioridad mayor del gobierno cubano. Imagen: Santiago Romero Chang

50 secuelas de la COVID- 19

Boletín de Noticias Al Día

Más de cien millones de personas infectadas y cerca de tres millones de fallecidos. Son las cifras actuales de afectación que está dejando la gran pandemia del nuevo siglo. Un año después del gran ‘estallido’, el virus SARS-CoV-2, de la mano de su ‘socia’, la COVID-19, no sólo ha dejado un reguero de dolor y quiebra, sino que, además, sigue presente en muchos de los que han padecido la enfermedad, originando sufrimiento y merma de su calidad de vida. Son personas que siguen presentando manifestaciones o secuelas persistentes una vez pasada la infección, con síntomas graves o de forma asintomática; es lo que ya se conoce como COVID persistente, una realidad cada vez más presente a medida que la pandemia avanza. 

En zona roja santiaguera contra la covid-19
50 secuelas de la COVID- 19

Todavía no existe un acuerdo extendido para definir con exactitud qué es COVID persistente. Mientras que algunos hablan de una ‘nueva enfermedad’, otros consideran que son secuelas y no síntomas de una enfermedad persistente. Son frecuentes, según los datos del Grupo de Trabajo en Enfermedades Infecciosas (GTei) de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), aunque se describen de forma muy heterogénea, según las series de pacientes: desde un 2 % hasta un 90 %, disparidad que se explica por las diversas definiciones empleadas, si se recogen o no sistemáticamente los datos, si los análisis son retrospectivos o prospectivos.

Estudios confirmatorios 

Lo cierto es que las revisiones recogen entre 50 y hasta 200 síntomas, con una media de entre 1 y 36 por paciente, según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y Familia (SEMG), obtenidos de 1 800 pacientes con un tiempo medio de persistencia de más de seis meses de sintomatología COVID-19. El 79 % eran mujeres y la mitad de los enfermos tenían entre 36 y 50 años.

Uno de los mejores metanálisis aparecidos hasta ahora, en la plataforma de prepublicación medRxiv, obra de un equipo internacional dirigido por Sonia Villapol, neurocientífica del Weill Cornell Medical College, de New York,  ha recopilado entre 50 000 pacientes ese medio centenar de secuelas, detallan 55,  tras cribar casi 20 000 estudios. Vieron que el 80 % de los pacientes mantenían al menos una secuela, como fatiga, dolor de cabeza, disnea, pérdida de cabello, niebla cerebral y ageusia.

Otros análisis, como el dirigido por el King’s College de Londres, en Reino Unido, entre más de 4 000 pacientes usuarios de la aplicación Covid Symptom Study, indican que uno de cada siete tenía síntomas durante más de cuatro semanas; uno de cada veinte durante al menos ocho semanas, y uno de cada cincuenta seguían sintomáticos a los tres meses. También se refirieron más mujeres y un 16 % de los estudiados presentaron alguna recurrencia tras un periodo de mejoría. Los porcentajes pueden llegar hasta el 50 % o incluso el 90 % entre hospitalizados.

En cualquier caso, la mayoría de profesionales apunta hacia un proceso multifactorial que es necesario desentrañar. Aunque ‘a priori‘ no se han detectado daños graves en los órganos afectados, el seguimiento está hallando desequilibrios y descompensaciones clínicas que no se ajustan a los de las pruebas objetivas. Se ignora igualmente si su mantenimiento crónico podría ser el origen de nuevas enfermedades o, en su defecto, agravar o precipitar otras.

Enfermera en la atención a niño en cuidados especiales
Enfermera en la atención
a niño en cuidados especiales

Las unidades de seguimiento post-COVID ya están en marcha en muchos hospitales para recolectar más datos que permitan descifrar su origen, actividad y tiempo de duración y llevar a cabo ensayos clínicos que ofrezcan estrategias farmacológicas eficaces y adaptadas a esta nueva realidad.

La COVID-19 no es una enfermedad conocida y, por tanto, tampoco lo son sus potenciales secuelas. Hasta cuándo pueden permanecer y cómo se pueden resolver son preguntas que deben resolverse con investigación, teniendo en cuenta que tampoco se sabe hasta cuándo el SARS-CoV-2 formará parte de nuestras vidas.

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