Santiaguero Daniel Núñez: Hércules se confiesa ante el tiempo 21

Santiaguero Daniel Núñez: Hércules se confiesa ante el tiempo
Santiaguero Daniel Núñez: Hércules se confiesa ante el tiempo
Santiaguero Daniel Núñez: Hércules se confiesa ante el tiempo

Daniel Núñez: Un señor mayor de mirada huidiza, y con manchas de aceite en su pantalón, descubre sus maltratados dientes a modo de saludo. Se lo devuelvo y continúo la marcha pues busco a una leyenda.

Daniel Núñez: Al hombre que en 1980 elevó a un país tras colgarse la medalla de oro en el levantamiento de pesas de los Juegos Olímpicos de Moscú. Después las tormentas de la vida lo castigaron. Mi jeroglífica caligrafía hace indescifrable la dirección que anoté en un papel. ¡Toca averiguar!

Un hombre que huele como si su cuerpo lo hubiesen usado de cenicero dice no saber. Una joven de torneadas pantorrillas balancea sus recias caderas y esquiva mi interés, tal vez por temor a un piropo inapropiado. Afortunadamente la memoria desentierra el número de la casa. Toco el timbre, y una interrogante despierta en mi interior, ¿será un diálogo sobre los sentimientos mudos o sobre el temor a pronunciar ciertas cosas en voz alta?

Un “buenos días, menos mal que encontraste la dirección”, me saca de mis pensamientos. Se trata de un hombre pequeño y macizo, que muestra su firme puño derecho a modo de saludo. Es Daniel Núñez. Ojalá esté listo para confesarse ante el tiempo.

“La sanción que recibí por dopaje en los Juegos Panamericanos de Caracas en 1983 fue merecida”, profiere antes de que se encienda la grabadora. ¿Necesitaba expresarlo? Se quita los espejuelos, los deja sobre la mesa del comedor. Se frota el rostro con las dos manos. Toma asiento y alza pesados recuerdos.

“Mi compañero Alberto Blanco y yo jamás tuvimos conocimiento del medicamento que nos suministró el entrenador ―prosigue―, yo vencía fácil. No tenía rivales. Tres días después de ganar supe del positivo en la prueba antidoping. El viaje de regreso fue duro ―aclara, a la vez que tamborilea en la mesa con los gruesos dedos de su mano izquierda―, en el avión me felicitaban, yo quería morirme. Sabía la verdad”.

Hace una pausa. Juega con los espejuelos. Casi con elegancia se los acomoda en el rostro. Su mirada es como un cañón listo para disparar sentimientos profundos.

“La familia sufrió mucho. Mi madre era un mar de llanto, mis hermanos y tías también. Recibí el apoyo de los amigos, pero el pueblo me rechazó. El asunto se calmó cuando se publicó una nota oficial donde mi preparador asumía toda la responsabilidad. Recuerdo que a la mañana siguiente de darse la noticia mi carro estaba repleto de periódicos y carteles de apoyo”.

Especifica que la Federación Internacional lo sancionó por dos años, mas le autorizó a competir extraoficialmente en Cuba. Además comenta que la decisión de no incluirlo en el Salón de la Fama es injusta. “Continúan castigándome por un error que no cometí”, exterioriza como si exprimiera el dolor de un sueño secuestrado.

El campeón se levanta. No obstante sus más de 60 años, luce fuerte. Solo desentona una divertida barriga, que parece pertenecer a otra persona. Se gira sobre sus talones y camina hacia una pared blanca colmada de fotos de su glorioso pasado. Un gesto sanador y medio arrugado se le cincela en el rostro.

Santiaguero Daniel Núñez: Hércules se confiesa
Santiaguero Daniel Núñez: Hércules se confiesa

“El 21 de julio de 1980 es mi segundo cumpleaños. Gané el oro olímpico. Es inolvidable”, refiere, en tanto acaricia con su mirada una fotografía enmarcada que inmortaliza el inolvidable momento. “Recuerdo que tres días antes de competir estaba pasado en 700 gramos. Estuve 48 horas sin ingerir alimentos. Mascaba manzanas y las escupía. Tomaba el agua con cuchara. Psicológicamente resultó estresante. Logré hacer el peso. Mi principal rival fue el soviético Yuri Sarkisian. La presión se lo comió. A mí todo me salió a la perfección. Récord mundial y olímpico”.

Se vuelve a acomodar en la silla como si fuera un rey en su trono. Se rasca la calvicie con ambas manos. Cruza los brazos sobre el pecho, y su boca pequeña y firme prolonga el viaje en el tiempo.

“Mi vida cambió luego del triunfo en Moscú. Mi pronóstico era bronce. Nuestra principal figura era Roberto Urrutia, quien abandonó el equipo durante un entrenamiento en México. Cuando regresé con el título, en toda Cuba querían conocerme. Recibí un montón de homenajes. Mi victoria fue un suceso político”.

Le inquiero algo que pone sus sentidos en alerta. Suspira como si le hubiese rozado una vieja cicatriz del espíritu. Se encoge de hombros en un gesto un tanto teatral, y yo me pregunto si existe la cura para ciertos pesares del alma.

“La presea olímpica me la robaron en una exposición en Expocuba. Me enteré accidentalmente. No me lo notificaron. Se realizaron las gestiones para recibir una réplica, pero como no se hizo denuncia a la policía, la idea no se materializó. Fue triste y bochornoso”.

Pasa unos segundos en silencio y cabizbajo. Se levanta y trae una caja repleta de fotos y premios. La abre y exorciza sus demonios.

“Disfruté todos los títulos y récords mundiales. La marca en la lid del orbe de 1981 fue especial. Fui el primero en los 60 kg en levantar 300 kilogramos. Romanov de Bulgaria también lo hizo. Se llevó el oro. Pesaba menos. Aun así, rompí esa barrera”.

Sus palabras tienen el perfume de las emociones. Recalca el rigor que implica la halterofilia, los traumatismos que puede generar, y como el envión fue el ejercicio que le resultó más complejo.

Santiaguero Daniel Núñez: Hércules se confiesa ante el tiempo
Santiaguero Daniel Núñez Aguiar. Pesista cubano, apodado “El Fiñe”, reconocido como uno de los mejores atletas en la historia del Levantamiento de pesas, campeón en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, subcampeón juvenil en 1975, 5 veces campeón mundial, 6 centroamericano y 3 panamericano. Reconocimiento por la Federación Internacional de Levantamiento de Pesas entre los diez mejores atletas del mundo en la década de 1980 y es el cubano que más récords ha implantado, entre ellos: nueve mundiales, cuatro olímpicos y once mundiales en la categoría juvenil, logró todos los récords panamericanos en las divisiones de 56 y 60 kilogramos respectivamente.

“A nivel continental estaba sobrado ―asevera mientras cuento más de siete medallas que brillan sobre la mesa―. Atesoro un récord curioso: fui el deportista más joven de la delegación cubana en los Olímpicos de Montreal 1976, concluí octavo. Pocos saben que entré en las pesas porque estaba preocupado por mi tamaño ―prosigue y ríe sin pausa―, cursaba la secundaria. En la casa se volvieron como locos con la noticia”, rememora, extiende las manos al cielo y encoge los hombros hasta que casi le rozan los lóbulos de las orejas. Busca fotos de esa etapa. Son muchas y de diversos tamaños. Están desperdigadas por la mesa. Una roba su atención. Esta amarilla, triste y arrugada. No soy un experto en lenguaje corporal, pero noto que se derrumba.

“Manuel Suárez fue como un padre. Gran preparador. Un hombre integral. Lástima que muriera en un accidente de tránsito. Me enseñó mucho sobre la vida. Jamás lo olvidaré”.

Otra vez de pie, con sus gruesas manos comienza a guardar las medallas y las fotografías en la caja. Las organiza como un niño con sus juguetes más preciados, aun así, no rehúye temas espinosos.

“Nos demoramos en permitir que las mujeres practicaran las pesas. Influyeron un montón de factores, incluidos los prejuicios. Algún sector de la prensa hizo lo suyo. Presentaron en la televisión un video de fisiculturismo. Distorsionaron la imagen de las pesas femenina. Crearon una opinión negativa. Tenemos 20 años de atraso en relación con otras naciones. Así es de complicado.

“Nuestro deporte ha retrocedido ―se proyecta con una pasión que conmueve―. El período especial fue duro. La base no se ha recuperado. No hay implementos. Hubo 12 gimnasios en La Habana, hoy creo que solo hay dos. Ahí están los resultados. Debemos rescatar la selección nacional juvenil. Existen casos de muchachos que han entrado al equipo principal sin ganárselo. Ahora suben de la Eide al Cuba. Eso perjudica. Quema etapas y los atletas empiezan a creerse cosas”.

Unos vasos de agua fría calman la sed y apagan las brasas de su fuego verbal. Da unos paseítos alrededor de la mesa, murmura algo y pasa página.

“Ejerzo lo docencia en el Fajardo (Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte). Tuve la posibilidad de prestar servicios en la selección nacional como director técnico. He impartido cursos en América Latina”.

Con pasos cortos regresa a la pared llena de recuerdos. De espaldas a mí señala algunas fotografías. Le acompañan personalidades de la cultura y la política de la nación.

“Nunca quise que los hechos de 1983 hubieran ocurrido ―asevera y su voz se desnuda de dolor―, el golpe fue duro. No volví a ser el mismo. Jamás olvidaré las victorias ―dice ya de frente, y saliendo de la trinchera emocional―, estar en el podio, ver la bandera en lo más alto, es una sensación indescriptible. En mi tiempo las conquistas se las dedicábamos al país, a la Revolución. Hoy, a la familia y a Dios. Respeto la forma de pensar de todos, sin embargo, creo que hay formas más profundas para agradecer un éxito”, recalca intentando ocultar su lamento.

Caminamos hacia la salida de la casa. Enciende un cigarro y le da una calada que casi lo convierte en ceniza. “Ya lo dejé, pero…”.

¿Qué han sido las pesas para usted? Le digo con un pie en la calle mientras parpadeo para protegerme de la luz del sol. “¡Mi vida!”, legitima con una expresión que certifica como ha sido él. Notorio, humano, imperfecto, rebelde…

(Tomado de Trabajadores)

Santiaguero Daniel Núñez: Hércules se confiesa ante el tiempo
Santiaguero Daniel Núñez: Hércules se confiesa ante el tiempo. Nació el en Santiago de Cuba 12 de septiembre de 1958, desde niño sentía amor por el deporte, iniciándose en la práctica de clavados, pero se inclina por las pesas después de ver por televisión el Campeonato Mundial de Levantamiento de Pesas celebrado en La Habana en 1973.

Por: Daniel Martinez Rodriguez

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Santiaguero Daniel Núñez:

Después de ganar sus primeras medallas en este deporte durante los Juegos Nacionales Escolares de 1974 ingresa en el equipo nacional juvenil de pesas, y de este al de mayores en 1975. Con 1,55 de estatura y menos de 52 kilogramos de peso, comienza una vertiginosa carrera de alto rendimiento. Por el biotipo los compañeros de equipo lo bautizan como El Fiñe, apelativo dado en Cuba a los niños estudiantes de primaria.Tuvo el honor de ser entrenado por Manuel Suárez.

Se retira del deporte activo en 1987, con el honor del deber cumplido, pero manteniéndose vinculado a esta actividad a través de diferentes funciones.

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Santiaguero Daniel Núñez: Hércules se confiesa ante el tiempo

Santiaguero Daniel Núñez: Trayectoria deportiva

Comienza a practicar pesas en un gimnasio del centro escolar capitalino Ciudad Libertad, ya que vivía en el municipio Marianao, en Ciudad de La Habana, posteriormente entra en la preselección nacional, siendo entrenado por Manuel Suárez, el cual en vida expresó: «Nuñez nunca perdió un segundo de aprendizaje y en las sesiones de entrenamiento cada día lo ví más entusiasmado y convencido de llegar bien lejos», estas palabras dice Daniel que siempre las recuerda con aprecio y agrega: «Mi mayor dificultad la tuve en el ejercicio Envión, debido a defectos técnicos en el momento de ejecutar el «clin» (levantamiento desde la plataforma al pecho)».

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Debutó internacionalmente en el Campeonato Mundial Juvenil de Levantamiento de Pesas en Marsella, en 1975, donde logra la medalla de plata, lo cual le permite formar parte de la delegación cubana en diferentes eventos internacionales, es octavo en [[Montreal] [[1976] con un total de 215 kilogramos.

A pesar de de competir en la división de 56 kg, donde habían competidores internacionales ranqueados logró un récord mundial, de 125 kilogramos en Alemania, 1977, pues aun estaba dentro de los límites juveniles, en el territorio alemán elevó su registro del arranque, en la división de 56 para agenciarse el primer éxito de envergadura.

Es el cubano que más récords ha archivado, entre ellos: nueve mundiales, cuatro olímpicos y once mundiales en la categoría juvenil, por ello la Federación Internacional de Levantamiento de Pesas lo incluyó entre los diez mejores del mundo durante la década de 1980 del Siglo XX, logró todos los récords panamericanos en las divisiones de 56 y 60 kilogramos respectivamente.

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Santiaguero Daniel Núñez: Hércules se confiesa
Santiaguero Daniel Núñez: Hércules se confiesa

Santiaguero Daniel Núñez: Resultados significativos

Los principales resultados obtenidos por Daniel fueron:

  • Oro en los Juegos Olímpicos de Moscú, 1980 (56 kilogramos-total).
  • Oro en el Campeonato Mundial de Estados Unidos, 1978 (56 kg-arranque).
  • Oro en el Campeonato Mundial de Estados Unidos, 1978 (56 kg-total).
  • Oro en el Campeonato Mundial de Moscú, 1980 (56 kg-arranque).
  • Oro en el Campeonato Mundial de Moscú, 1980 (56 kg-envión).
  • Oro en el Campeonato Mundial de Moscú, 1980 (56 kg-total).
  • Oro en el Campeonato Mundial de Francia, 1981 (60 kg-arranque).
  • Plata en el Campeonato Mundial de Francia, 1981 (60 kg-envión).
  • Plata en el Campeonato Mundial de Francia, 1981 (60 kg-total).
  • Plata en el Campeonato Mundial de Yugoslavia, 1982 (60 kg-arranque).
  • Bronce en el Campeonato Mundial de Yugoslavia, 1982 (60 kg-envión).
  • Bronce en el Campeonato Mundial de Yugoslavia, 1982 (60 kg-total).
  • Bronce en el Campeonato Mundial de Estados Unidos, 1978 (56 kg-envión).
  • Bronce en el Campeonato Mundial de Grecia, 1979 (56 kg-arranque).
  • Oro en los Juegos Panamericanos, de San Juan, Puerto Rico, 1979 (56 kg-arranque).
  • Oro en los Juegos Panamericanos de San Juan, Puerto Rico 1979 (56 kg-envión).
  • Oro en los Juegos Panamericanos de San Juan, Puerto Rico, 1979 (56 kg-total).
  • Oro en los Juegos Centroamericanos de Medellín, 1978 (56 kg-arranque).
  • Oro en los Juegos Centroamericanos de Medellín, 1978 (56 kg-envión).
  • Oro en los Juegos Centroamericanos de Medellín, 1978 (56 kg-total).
  • Oro en los Juegos Centroamericanos de La Habana, 1982 (60 kg-arranque).
  • Oro en los Juegos Centroamericanos de La Habana, 1982 (60 kg-envión).
  • Oro en los Juegos Centroamericanos de La Habana, 1982 (60 kg-total).
Santiaguero Daniel Núñez: Hércules se confiesa ante el tiempo
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Santiaguero Daniel Núñez: Retiro del deporte activo

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Santiaguero Daniel Núñez:
Hércules se confiesa ante el tiempo

La retirada de Daniel del deporte activo tuvo lugar en Las Tunas, el 7 de mayo de 1987, durante el VII Torneo Internacional Manuel Suárez in Memoriam. En el momento del adiós dejó vigentes todas las marcas continentales en las divisiones de 56 y 60 kg, así como las dos olímpicas impuestas en el arranque y el total en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980.

Por los logros obtenidos lo nombran jefe del colectivo técnico de entrenadores de la selección nacional cubana de levantamiento de pesas, responsabilidad que asumió para la preparación de la delegación de este deporte para los Juegos Olímpicos de Atenas. En la actualidad se desempeña como profesor de la Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo (UCCFD).

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