Por más común que sea la muerte, nada hay más extraordinario, doloroso, inexplicable. Songo-La Maya hoy amaneció con ese sabor amargo en las sienes, en el alma, en la tierra.
Murió Vivian Torreblanca Ramos, una maestra nacida 3 de agosto de 1972, que fue directora de Educación y quien desde el 20 de enero de 2020 asumió como presidenta del Poder Popular en Songo-La Maya.
Cualquier recuento sonaría casi pueril, los cubanos sabemos del batallar de estas personas, quienes devoran años enteros en medio de un apagón, unas tuberías rotas, el hospital o la comida de los viejitos.
Vivian Torreblanca es la segunda mujer de esta tierra que se va sin terminar su obra, aquí se recuerda mucho a Moraima Mendoza quien repentinamente partió a lo eterno y dejó el entusiasmo de un liderazgo indiscutible.
Desde Tele Turquino y CMKC, jamás tuvimos una puerta cerrada durante el tiempo en que Torreblanca tuvo esa oficina, donde también han laborado cuadros como Manuel Falcón Hernández, actual Vicegobernador de Santiago de Cuba.
Mientras escribo, recuerdo las banderas que se han colocado en las casas y un silencio que nos acoge cuando Vivian, lo sabíamos, también se nos perdía en ese marasmo confuso y esquivable que es la muerte.
Si nos aferramos a Martí habría que decir que no es verdad porque se ha cumplido la obra de la vida. Vivian Torreblanca, tenemos los videos, estuvo en los centros de aislamiento, en los barrios en cuarentena, los trabajos voluntarios, y siempre con una fuerza de mujer, con la ternura de mujer, con el dolor que una mujer entiende y refleja de manera especial.
Hoy sus compañeros de fila, y sus familiares habrán de despedirle. Repito, hay en La Maya un silencio que reposa en las casas con sus banderas y los vecinos lo dicen como, lo que es, otro suceso inesperado: Ha muerto Vivian de las Mercedes Torreblanca Ramos, una guerrera, una amiga entrañable que supo tiernamente, poner el hombro por su país. Descansa en paz y gracias por la obra, por la vida.