A Mariana Grajales Cuello, 128 años de su muerte

Mariana Grajales: decoro y grandeza
Mariana Grajales: decoro y grandeza
Mariana Grajales: decoro y grandeza

A Mariana Grajales Cuello, Santiago de Cuba.–A Mariana Grajales Cuello, madre de los Maceo y de la Patria, se rindió tributo, este 27 de noviembre a 128 años de su desaparición física, al depositar una ofrenda floral en nombre del pueblo de Cuba ante su monumento funerario en el cementerio patrimonial Santa Ifigenia, de esta ciudad.

Mariana Grajales: decoro y grandeza

Al evocar su legado, la integrante del Secretariado Provincial de la Federación de Mujeres Cubanas, Yanelys Boga Martínez, dijo que Mariana representa la rebeldía y el patriotismo de la mujer cubana, porque sintetizó la entrega y el heroísmo de todas las que han luchado por una Cuba libre e independiente.

Supo ella llevar a toda la familia a la manigua, donde ninguno de los suyos fue traidor ni cobarde, y a más de uno vio morir. Fue tanta su entereza que, establecida en Jamaica al concluir la contienda de los Diez Años, continuó con sus ideas y su ejemplo inspirando a la causa revolucionaria, hasta fallecer el 27 de noviembre de 1893.

Mariana Grajales Cuello
Mariana Grajales Cuello

Recuerdan en Santiago de Cuba aniversario 206 del natalicio de Mariana Grajales

Los restos de la extraordinaria cubana, traídos a Cuba 30 años después de su deceso, yacen hoy en el sendero de los fundadores de la nación en la necrópolis santiaguera, donde se le rinden honores a su vida y obra ejemplar.

Con razón fueron Marianas aquellas que el Comandante en Jefe Fidel Castro integró en un pelotón rebelde de insuperable valor en la Sierra Maestra y las que combatieron en Angola y en otras tierras, lo son las que transforman el surco en alimentos, las consagradas maestras y esas corajudas que por la salud del pueblo desafían a la COVID-19 en Cuba y en otras geografías en nombre de la solidaridad cubana.

Mariana en el corazón de Cuba

Homenaje a Mariana Grajales en el cementerio de Santa Ifigenia de Santiago de Cuba.
Homenaje a Mariana Grajales en el cementerio de Santa Ifigenia de Santiago de Cuba.
Homenaje de Raúl y del pueblo de Cuba a Mariana Grajales en el Día de las Madres
Homenaje de Raúl y del pueblo de Cuba a Mariana Grajales

Mariana Grajales, homenaje por su deceso

Vida antes de 1868

Nació en Santiago de Cuba, Oriente, el 12 de julio de 1815 de padres dominicanos: José Grajales y Teresa Cuello. El nacimiento en esa fecha aparece inscrito en el libro de bautismo de la parroquia santiaguera de Santo Tomás, ubicada en lo que es hoy parte del centro histórico de la Ciudad de Santiago de Cuba, aunque la mayoría de las fuentes citan al 26 de junio de 1808 como la fecha del nacimiento.

En la condición de hija de una familia mulata libre, que incluso no había sufrido la esclavitud, no hay ninguna duda que recibió instrucción, hasta donde era posible en Cuba colonial para los negros y mulatos libres aún con independencia económica. Mariana, además, tuvo una educación ética en el seno de su familia, favorable para transmitirla a su prole.

Según algunos especialistas, ella tuvo instrucción de lo que entonces llamaban las primeras letras, lo cual no hay que desconocer si queremos tener una idea de su pensamiento y comportamiento personal de sus hijos, como tampoco que sus padres provenían de una isla donde ya no existía la esclavitud, liberada La Española a partir de la revolución haitiana. Sin embargo, conoció en Cuba las prisiones de cimarrones y también la importancia libertaria de los palenques de Oriente. Se ha escrito que cerca de Las Delicias, finca de la familia Maceo, ella pudo conocer de una cosa y la otra.

El 31 de marzo de 1831 se casó con Fructuoso Regüeiferos, con quien tuvo cuatro hijos: Felipe, Fermín, Manuel y Justo. En 1840 enviudó.

En 1843 se unió a Marcos Maceo, del cual hay dos versiones: nativo de Santiago de Cuba y nacido en Venezuela, residente en Cuba desde 1825. El matrimonio fue a vivir a la finca que tenía Marcos en Majaguabo, San Luis, y en 1845 nació el primogénito: Antonio Maceo.

La familia fue creciendo sucesivamente, José Maceo, Rafael Maceo, Miguel Maceo, Julio Maceo, Tomás Maceo y Marcos Maceo Grajales, así como tres hembras: Baldomera Maceo, Dominga Maceo y María Dolores Maceo Grajales que nació en Santiago de Cuba el 22 de julio de 1861, fue bautizada en la iglesia de Santo Tomás Apóstol.

Recuerdan en Santiago de Cuba aniversario 206 del natalicio de Mariana Grajales https://t.co/N80aZfzhDP #TenemosMemoria @LaCmkc @oshun1958 @Toar21640791 @Pasarn3 @aguilarpaloma1 @CmkcConcierto @raulalvaradolop @arevalo_eglis @PieriXioma @PalomaA52879825 @tvchagocuba— Compay Naguito (@CompayNague) July 11, 2021

Sus padrinos fueron Francisco Fernández y Agustina Marcial. Falleció de empacho gástrico a los 15 días de nacida. Este hallazgo rompe con el esquema del número de trece descendientes que se le atribuyen al matrimonio de Mariana Grajales y Marcos Maceo, aunque tenían una casa en la ciudad santiaguera, su residencia fija era en el campo, donde vivían con relativa libertad y no sentían el despotismo hispano y el sistema de castas imperante.

Homenaje a Mariana Grajales en el aniversario 205 de su natalicio
Homenaje a Mariana Grajales en el aniversario 206 de su natalicio

Tributo a Mariana Grajales, La Madre de la Patria

Por: Lisandra Ferrer Vila
Santiago de Cuba, Día de las Madres. CMKC, Radio Revolución.- (Publicado en ocasión de los 128 años de la muerte de Mariana Grajales Cuello). -A la Madre de la Patria, el pueblo le rindió tributo ante el monumento funerario que resguarda sus restos mortales en el cementerio patrimonial Santa Ifigenia. En representación de los diversos sectores de la sociedad civil cubana, la secretaria general de la federación de Mujeres Cubanas Teresa Marelle ratificó la perdurabilidad de la impronta de Mariana Grajales al calor del actual contexto. https://www.ivoox.com/player_es_podcast_640402_1.html

Disciplina estricta

«De rodillas todos, padres e hijos, delante de Cristo, que fue el primer hombre liberal que vino al mundo, juremos libertar la patria o morir por ella».

Dicen que Mariana se mostraba tierna y bondadosa con sus hijos, pero a la vez, inflexible en la disciplina. Reglamentaba las horas exactas de las comidas y el sueño. Ningún miembro de la familia podía estar fuera de la casa pasadas las diez de la noche. Su vivienda siempre estaba ordenada y limpia. En el aspecto personal, vestía, y vestía a su prole, con la mayor pulcritud.

A los ojos de los hijos, ella siempre fue la compañera del padre. Juntos analizaban todos los problemas y ambos tomaban de mutuo acuerdo las decisiones. Siempre los recordarían consultándose las dificultades, felices en la expansión hogareña, juntos sobre el dolor y la felicidad.

Incorporación de su familia a la Guerra del 68

El 12 de octubre de 1868, ante la noticia del levantamiento armado de Carlos Manuel de Céspedes y el grupo de patriotas que le secundaron, Marcos Maceo envía a su hijo Miguel a la tienda de los hermanos Tranquilino y general Palencia donde se encontraba un grupo de insurrectos al mando del capitán Rondón. Este capitán era un viejo amigo de los Maceo Grajales, el que en su encuentro con Mariana y Marcos se hizo de caballos, armas y dinero y preguntó cuál de sus hijos estaría para apoyar a la guerra independentista.

El paso al frente sin contemplación lo dieron Antonio, José y Justo que salieron posteriormente hacia Ti Arriba convencidos y decididos a defender la Patria con el grupo de alzados. Mariana rebosando de alegría hace jurar a sus hijos de rodillas y frente a un crucifijo de Cristo… «Juremos libertar a la Patria o morir por ella».

Era indudable que su corazón de madre temblase ante la idea de la muerte por heroica que fuese de seres tan queridos, pero en Mariana Grajales se anteponían a esos sentimientos la confianza patriótica, la actitud revolucionaria, la voluntad férrea por la lucha por la libertad y sabia que para conquistar la independencia de Cuba era preciso volcar los sentimentalismos.

Todos participaron en la Guerra del 68: Felipe fue fusilado siendo capitán; Fermín murió en la acción de Cascorro el 18 de abril de 1874; Manuel cayó en el combate de Santa Isabel, con grado de sargento; Justo, siendo capitán, fue hecho prisionero y fusilado cerca de San Luis, Oriente.

De los Maceo, el primero en caer fue su esposo Marcos, quien con grado de sargento murió en el combate de San Agustín de Aguarás el 14 de mayo de 1869, aunque algunos historiadores plantean que su muerte ocurrió meses después en un hospital de campaña de la Sierra Maestra, como consecuencia de las heridas recibidas en ese combate; Rafael, quien había alcanzado el grado de general de brigada, fue hecho prisionero al concluir la Guerra Chiquita y enviado a las cárceles de Chafarinas, en Marruecos, donde murió el 2 de mayo de 1882; Miguel cayó junto a su hermano Fermín, en Cascorro, con grado de teniente coronel; Julio, siendo subteniente, murió heroicamente en la acción de Nuevo Mundo; el 12 de diciembre de 1870.

Fin de la Guerra de los Diez Años

Concluida la contienda del 68, a Mariana solamente le quedaban cuatro hijos varones: Antonio y José, quienes caerían gloriosamente en la gesta del 95; y Tomás y Marcos, quienes sobrevivieron con sus cuerpos llenos de cicatrices. Baldomera y Dominga también se incorporaron a la guerra, trabajando en los hospitales de campaña.

Un hecho singular mostró el elevado patriotismo de Mariana, cuando a raíz de haber recibido Antonio su primera herida de guerra en el combate de Armonía  el 20 de mayo de 1869, le dijo a su hijo más pequeño, Marcos: «Empínate, que ya es hora de que pelees por tu patria como tus hermanos».

Además de madre ejemplar, Mariana simboliza a la mujer mambisa, pues a pesar de su avanzada edad, curó heridos en los hospitales de campaña y arengaba a los convalecientes incitándolos a que, una vez restablecidos, regresaran con más bríos al campo de batalla. Alentó la rebeldía de Antonio en su histórica Protesta de Baraguá el 15 de marzo de 1895.

Exilio

Solo salió de Cuba esta valiente mujer, obligada por las circunstancias adversas generadas tras el Pacto del Zanjón. Antonio, seguramente al conocer que para la metrópoli española ella podría ser considerada un «trofeo de guerra apreciable», preparó meticulosamente el viaje de la madre hacia Jamaica, porque, además, sabía que el ejército colonialista la tenía ubicada en Toa.

Con sumo cuidado en mayo de 1879 embarcaba al exilio en Jamaica acompañada por María Cabrales, en un barco de bandera francesa. Llevaba como trofeo en el corazón la muerte de varios hijos: de Justo por fusilamiento; la muerte de Julio en el combate de San Miguel; la deportación en Chafarinas, de Rafael, donde moriría tuberculoso y así hasta el primer golpe: la muerte, igualmente en la guerra, del esposo, Marcos Maceo.

Muerte

Murió en el exilio el 27 de noviembre de 1893 a los 78 años

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