Se trata del interior de la casa en uno de los homenajes iniciales (1899) al Héroe Nacional y donde aparece sentada: Doña Leonor, la madre de José Martí, al lado Carmen Bazán, detrás el hijo (El Ismaelillo)

La ceremonia fue presidida por el Presidente del Consejo de Defensa Provincial de Santiago de Cuba, Lázaro Expósito Canto, la vicepresidenta Beatriz Johnson Urrutia, el General de Brigada Luis Lores Moreira, jefe de la Región Militar y Gladys Geydis García Vaillant Primera Secretaria del Comité Provincial de la Unión de Jóvenes Comunistas en el territorio.

Ni los propios enemigos de Cuba, principalmente, los radicales cubano-americanos que sueñan con volver al pasado y nos atacan utilizando frases martianas, hoy no dicen nada de la imagen lacerada de José Martí en la sede diplomática en Washington.

Martí fue un joven excepcional, pero no diferente. Irreverente, creador y fiel a sus principios. Capaz de resistir la cárcel sin odios, de amar apasionadamente y de escribir para los niños.

Martí en sus primeros años de infancia tuvo un acercamiento al monte, allí donde los ríos corren libre y transparente; el entorno fresco, abierto y dulce lleno de olores naturales, pero en contraste con la esclavitud que se asomó a sus ojos por primera vez.

José Martí habló de la salud y dijo que prevenir era la forma de curar, y eso es lo que el país hace, de ahí la importancia que las personas se queden en casa y cumplan con las medidas higiénico sanitarias dictaminadas por las autoridades.