Por: Juan Caros Palomo Nieves
CMKC Radio Revolución.- Domingo cuatro y treinta de la tarde, en recorrido por la calle enramadas, arteria más populosa de la capital indómita, con curiosidad captamos fotos de acontecimientos increíbles, pero ciertos.
Prácticamente la calle desierta, a causa del coronavirus, pero gozaban de un ambiente, para ellos agradable perros y gatos, unos dormían plácidamente en medio de la vía, otros observaban la novedad de no ver el tránsito habitual de personas y los callejeros buscaban alimentos en depósitos sin que nadie lo molestara.
Pero lo insólito, gorriones con sus cantos característicos, cual si fuera un canto de esperanza, picaban en medio de la calle migajas de alimentos y miraban posados en crucetas el ambiente deseado, la ausencia de personas que a su “juicio” ocupan su espacio.