Editorial CMKC
CMKC, Radio Revolución.- Y con este principio, Cuba celebra los 131 años de la aprobación del primero de mayo como el Día Internacional de los Trabajadores y los 81 de la acogida como fecha conmemorativa del movimiento obrero nacional.
Hace hoy dos décadas, por primera vez, se conoció el concepto más exacto de Revolución, gracias a la proclama del líder eterno Fidel Castro Ruz, al dirigirse a todos los trabajadores y sus familiares el primero de mayo del año 2000.
Aquel momento fue un punto radical para el cambio sin abandonar los principios y nos posibilitó una cadena de transformaciones internas, muchas de ellas repercuten hoy en una estrategia sólida contra el nuevo coronavirus.
En esta nueva batalla el protagonismo del pueblo cubano es evidente, sobre todo, con sus trabajadores en defensa del precepto: «la casa es la Plaza«, siempre con las iniciativas en familia y la certeza de las medidas higiénico-sanitarias emprendidas, la disciplina y el apoyo a quienes se mantienen en la producción y los servicios claves para garantizar la alimentación, entre otras urgencias.
Mientras el caos reina en las potencias imperiales, nuestro Primero de Mayo acentúa la voluntad política gubernamental, la ayuda de mil 450 médicos en más de 22 naciones afectadas por la pandemia; la prioridad de la ciencia y la técnica, el ahorro energético, los esfuerzos por la producción de alimentos, la continuación de las teleclases diarias; súmele el aporte de las amas de casa y trabajadores por cuenta propia en la entrega de nasobucos y caretas protectoras en estas horas de más unidad, luz en el pensamiento y defensa de la vida.
El saludo nos llega desde 80 organizaciones sindicales de todo el mundo y decenas de gobiernos, significa que tantas personas no pueden estar equivocadas con Cuba laboriosa, amiga e indetenible a pesar del bloqueo.
Cierto que ha cambiado el escenario del primero de mayo por coincidir en momentos cruciales de la lucha epidemiológica, pero volveremos a las calles, a los centros laborales, al repunte de la producción y los servicios con más disciplina, experiencia y organización, tres claves que connotan el desinterés, el altruismo, la solidaridad y el heroísmo de un pueblo trabajador por excelencia.
Y con el estribillo del himno de los trabajadores, digamos
“…Agrupémonos todos/ En la lucha final/”
¡Fuerza Santiago y Quédate en Casa!
¡Viva el Primero de Mayo!