Texto y fotos: MsC. Santiago Romero Chang
Santiago de Cuba.- Y esa verdad irrebatible de El Principito cobra dimensiones en la actual crisis de los valores humanos, cuya respuesta cubana es la Batalla por la Cultura, la Educación, las Ideas, la Salud humana, la Solidaridad y la Defensa de todas las conquistas que muchas veces, nos parecen cotidianas, sin saltos, ni bajos.
Tiene que ocurrir la curiosidad de algún visitante o una noticia, la reflexión sobre un hecho común, para entonces retomar la visión crítica: ¡Caballeros, cómo se han perdido los valores humanos, ya nadie quiere a nadie, esto es Sálvese quien pueda.
¡Y…, NO!
Pero, por ejemplo, ocurrió la falta de respeto del carnicero a la vecina Gelucha, sin conocer el primero, que su esposa fue atendida en el hospital por la hija de esta Señora.
Un vecino responde con violencia contra el carnicero, quien ya tiene una moto, cadenas de oro, una casa construida en tiempo récord y no le importa si la empresa se atrasó o no en el pago salarial, pero, este carnicero tiene hijos menores de edad, recibe educación gratuita, no paga los servicios de salud y cree justo desafiar a los demás con la frase cotidiana:
“¡Ah, es mentira que el dinero no lo es todo!”.
Cuando llega una medida estatal o la presión por el tiempo perdido, surge el triste monólogo del cual pocos hablan:
¿Quién soy?, Mis sentidos en tiempo y espacio.
¿Cuál es mi verdad?. Es decir, yo sé o no.
¿Quién confía en mí?.
¿Hasta dónde creo o dudo?.
¿Debo o no hacer algo positivo, es decir, ¿cuál es mi bondad?.
¿Me gusta o no vivir en armonía?
Y, finalmente,
¿Quiero o no contribuir al mejoramiento humano?
En estas reflexiones, muchos se pierden por falta de orientación y saberes, cuando es vital definir la existencia, tus verdades, en lo que crees y los valores que no solo se definen en el mero respeto y conocimientos.
También están los principios.
“Los principios no son negociables”.
Es lo que siempre les digo a mis alumnos sobre el papel de la utilidad de la virtud, y usted será un virtuoso no porque tenga dinero, habilidad para los negocios y acaparar objetos.
¡NO!
“¡Que la virtud es el conocimiento y sólo Se sabe, si se puede alcanzar el bien!”.
En otras palabras:
¿Para qué atesoras saberes, si cultivas el individualismo, no ayudas a nadie, ni siquiera a divisar el bien?.
Entonces, te darás cuenta la distorsión grave que existe sobre los verdaderos códigos de los valores humanos.
A decir por Cintio Vitier:
“Ése Sol del Mundo Moral”