Cuba- En el intercambio, el representante cubano reiteró la importancia de que se reanuden totalmente los servicios migratorios y consulares en la Embajada estadounidense en La Habana, incluido el procesamiento de visas de no inmigrantes.
El viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, dialogó ayer con la secretaria adjunta del Departamento de Estado para Temas Consulares, Rena Bitter, y con la directora de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos, Ur Mendoza Jaddou.
En el intercambio, el representante cubano reiteró la importancia de que se reanuden totalmente los servicios migratorios y consulares en la Embajada estadounidense en La Habana, incluido el procesamiento de visas de no inmigrantes, publicó el sitio web de la Cancillería cubana.
Confirmó, igualmente, la disposición de Cuba a contribuir con los pasos necesarios para el pleno funcionamiento de los servicios migratorios y consulares de la sede diplomática.
El bloqueo contra Cuba tras 60 años; Discurso del canciller Bruno Rodríguez en la ONU
De acuerdo con información del Departamento de Estado de EE. UU., las dos funcionarias de ese país también visitarán Georgetown (Guyana) y Miami (Florida), para dialogar sobre la reanudación completa del procesamiento de visas de inmigrantes a principios de 2023, así como del programa de reunificación familiar en la Embajada de Washington en La Habana, Cuba.
En abril de este año, Estados Unidos y Cuba celebraron la primera ronda de conversaciones sobre temas migratorios desde 2018, cuando fueron suspendidas, unilateralmente, como parte de la política de máxima presión aplicada por el entonces presidente Donald Trump.
El Gobierno de Cuba ha denunciado, en varias ocasiones, que Estados Unidos incumple su compromiso de otorgar al menos 20 000 visas anuales; lo que, unido a las carencias ocasionadas por el bloqueo económico, comercial y financiero, incentivan la migración ilegal, irregular e insegura.
Migración ilegal, otro engendro de la política anticubana
En el primer diálogo de marzo del 2015, la delegación de Cuba expresó su interés en contribuir a un tratamiento eficaz y no discriminatorio de los derechos humanos y destacó la necesidad de observar un balance adecuado entre los derechos civiles y políticos y los derechos económicos, sociales y culturales. Además, trasladó profundas preocupaciones en relación con la garantía y protección de los derechos humanos en los Estados Unidos, entre otros temas, por la agudización de la brutalidad y abuso policial con un patrón discriminatorio, y las limitaciones al ejercicio de los derechos laborales y las libertades sindicales reconocidas internacionalmente, así como las violaciones de derechos humanos en la llamada lucha contra el terrorismo, incluida la tortura, las ejecuciones extrajudiciales con uso de drones y el espionaje y vigilancia extraterritorial. (Cubaminrex) |
Cuba y EE. UU. sobre reanudación de servicios migratorios y consulares
Si bien el Congreso de Estados Unidos es quien tiene la última palabra para ponerle fin, los cinco paquetes de medidas adoptados por el gobierno norteamericano desde enero del 2015 y la directiva presidencial hacia Cuba demuestran las amplias facultades ejecutivas que posee cualquier mandatario estadounidense para modificar la aplicación práctica de la política hacia Cuba y contribuir sustancialmente al desmantelamiento del bloqueo. |
Cuba denuncia el costo del estímulo a la emigración ilegal, irregular y desordenada
Migración ilegal, otro engendro de la política anticubana
Siempre que se hable de la salida ilegal de cubanos hacia Estados Unidos hay que poner sobre la mesa una fórmula sin la cual no tendría ese fenómeno el sinnúmero de consecuencias lamentables que ya acumula.
Los factores: bloqueo y asfixia económica, que, sumados a instrumentos tan crueles como la Ley de Ajuste cubano, el incumplimiento de los acuerdos migratorios establecidos con nuestro país, y el constante bombardeo ideológico que difunde el sueño americano, tienen un resultado invariable: migración desordenada e irregular, la cual, como es lógico, da lugar a otra cara oscura del asunto, la trata de personas.
Tristemente, esa política, muy concienzuda y cruelmente engranada, pone, a quienes se embarcan en la aventura, a merced de disímiles peligros que en el más triste de los casos pueden significar, incluso, la pérdida de vidas humanas.
Así pudo haber ocurrido el pasado 30 de octubre, de no ser por la intervención de una unidad de superficie de Tropas Guardafronteras, que asistió a las 26 personas abandonadas a su suerte en una embarcación, una vez que el fallo de sus motores hizo que los traficantes intentaran huir.
La rápida actuación de los nuestros impidió el destino fatal de los tripulantes, incluida una menor en estado de deshidratación. Fue este otro de los hechos en los que, violando nuestras aguas territoriales, llegan hasta la Isla embarcaciones provenientes de Estados Unidos, a fin de trasladar personas de forma ilegal.
Sin embargo, como fue este caso en específico, y en otros tantos ejemplos, ante el más mínimo contratiempo, lo más sencillo es abandonar a los migrantes, aunque ello implique una muerte segura.
Esa fue la decisión del lanchero, cuyo nombre fue revelado en un reporte de la Televisión Cubana.
Rafael López Morales, alias Fifo, es un cubano que fue procesado varias veces por delitos de hurto, y que también salió del país de forma ilegal en el año 2001. Optó por abandonar la embarcación que debía trasladar a 26 personas, casi el doble de la capacidad de esta, otra práctica muy común.
Ya bajo custodia de las autoridades cubanas, declaró que no era esta la primera vez que, por un precio de entre 60 000 y 100 000 dólares, materializaba salidas ilegales. Una de ellas fue, incluso, para el traslado exclusivo de un prófugo de la justicia.
Natural de Encrucijada, en Villa Clara, Fifo, radicado hace 21 años en Estados Unidos, forma parte de los que, con el dinero como única motivación, arriesgan vidas sin pensar demasiado en las consecuencias.
En su caso particular, ya ha sido procesado en EE. UU. por tráfico ilegal, motivo por el cual perdió su permiso de residencia en ese país; no obstante, mantuvo sus actividades ilegales de trata de personas. Según sus propias palabras, cada pasajero debía abonar una cifra mínima de 14 000 dólares por la travesía.
Estos actos hablan de la falta de escrúpulos, no solo de quienes se dedican a actividades de esa índole, sino del Gobierno que las promueve, y que, teniendo en sus manos la posibilidad de transformar esa realidad, prefiere apostar por sostenerla, como uno de los pilares de su política anticubana, que ha apelado ya a todas las estrategias posibles, por viles e inhumanas que parezcan.
Entre tanto, este país sigue poniendo en primer plano al ser humano. Es por eso que, en eventos como el señalado, lo más importante es la integridad de las personas implicadas.
Esa es la premisa de actuación de las Tropas Guardafronteras cubanas, una fuerza entrenada esencialmente con total respeto al ser humano, muchas veces a riesgo de su propia vida.
Cuba sigue haciendo patente su verdad y, con ella, sostiene la denuncia a la situación en la que el Gobierno de Estados Unidos pone a los cubanos y cubanas que desean emigrar hacia ese territorio.
Nuestro país apuesta por el cumplimiento de lo pactado entre ambas naciones, en relación con los asuntos migratorios, lo cual facilitaría en gran medida el proceso, y permitiría su desarrollo de forma legal y ordenada, sin tener que recurrir a las vías irregulares, altamente inseguras y riesgosas.
Sin embargo, queda claro que la postura de las mafias que se benefician de estas políticas oportunistas es alentar las salidas ilegales y proveer los medios y las alternativas para hacerlas posibles. De ese modo, sustentan las mentiras que hablan de la huída en masa para escapar de la «dictadura», o justifican sus argumentos de que es este, «un Estado fallido».
Cuba sigue en total disposición de dialogar, de que exista garantía de migración segura hacia Estados Unidos, y esa voluntad ha sido expresada a lo largo de los años en que la hostilidad de ese Gobierno para con el nuestro ha impedido concretar tales propósitos.
Hasta el momento de la ocurrencia del hecho mencionado, las Tropas Guardafronteras han brindado, en lo que va de año, asistencia y salvamento a 121 personas en peligro en el mar, como consecuencia de siete operaciones de tráfico ilegal. Lo peor del caso es que, en no pocas ocasiones, las autoridades estadounidenses conocen los hechos; incluso, tienen identificados a los elementos que los llevan a cabo, pero son permisivos y aparentemente ciegos, aunque con certeza sabemos que no es así.
Emigrar es un derecho que debe ser respetado y al que todos los Estados deben contribuir mediante la búsqueda de alternativas y la aprobación de políticas que garanticen la seguridad de los migrantes.
Estados Unidos ha violado, en relación con Cuba, acuerdos y resoluciones internacionales que regulan los procesos migratorios alrededor del orbe.
Sin embargo, hasta el momento ha demostrado que es un tema que ha politizado y ha utilizado en su diferendo contra nuestro país, y que sus esfuerzos por desestabilizar a Cuba y desacreditarla ante el mundo no van a detenerse, sino todo lo contrario.
Ha sido únicamente suya la culpa de la odisea que deben pasar nuestros connacionales cuando eligen el traslado hacia Estados Unidos como proyecto de vida. Cuba, responsablemente, ha hecho y hace su parte. Esperamos que ellos hagan la suya. (Granma)