El balance de la gestión anual del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en el territorio suroriental analizó las principales deficiencias y logros en el período de julio de 2019 hasta diciembre del 2022, signado por la Covid-19 y la crisis económica.(ACN)
En el céntrico cine Rialto, de esta ciudad, Gerardo Houdayer, vicepresidente de la organización en la provincia, refirió que, a pesar de las carencias materiales a causa del recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos, es necesario continuar con la materialización de los procesos creativos y la trascendencia e impacto del pensamiento académico.
Explicó que en la etapa se realizaron los eventos, jornadas y espacios de la programación habitual, rindieron tributo a figuras importantes del sector y se le prestó la debida atención a las necesidades e inquietudes de los miembros, entre otras actividades.
Afirmó la voluntad de contribuir al fortalecimiento de la institucionalidad, al desempeño efectivo de los medios de comunicación y a la salvaguarda de la cultura para no verla convivir con la desidia, inoperancia y falta de visión.
El también director de radio destacó el desempeño de las diferentes comisiones permanentes, comprometidas con abordar diversos temas y problemas relacionados con la creación y promoción de valores éticos, estéticos y cívicos en correspondencia con las aspiraciones de la sociedad socialista.
Basados en el propósito fundacional proyectan continuar con el desarrollo de las acciones por el aniversario 45 de la Uneac en Santiago de Cuba y el 70 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, concluir la elaboración del expediente para declarar como Monumento la casona que funge como sede en la Ciudad Héroe y cumplir con la programación concebida por las filiales, según expresó Houdayer.
También centran las líneas de trabajo para 2023, presentar a la Presidencia Nacional la propuesta de actualizar algunos acuerdos llevado al IX Congreso de la organización que todavía tienen el enfoque de la etapa previa al reordenamiento económico, hacer pública la estrategia para estimular la crítica literaria y celebrar los 40 años de la Editorial Caserón con la jornada 20×40.
Dayron Chang, periodista, dijo que se debe pensar en una cultura predictiva, apoyada en las investigaciones científicas, a fin de lograr un mayor consumo por parte de la audiencia, además, instó a conquistar un equilibrio en la divulgación de los contenidos culturales a nivel nacional.
Según la actriz Fátima Patterson, pervive la necesidad de acercar el arte a las comunidades, con el objetivo de defender la memoria histórica de modelos de colonización alejados del concepto humanista de la Revolución.
Envía el Presidente de Cuba mensaje en ocasión del nuevo aniversario de la UNEAC
Luis Morlote, presidente nacional de la Uneac, resaltó el trabajo desempeñado por la filial santiaguera, en aras de mantener la vitalidad de la cultura y exhortó a cumplir los planteamientos recogidos en el informe y los emanados en la cita.
En la ocasión, reconocieron a Dagoberto Gaínza, Alberto Lescay y Manuel Romero, premios nacionales de teatro, artes plásticas y artes circenses, respectivamente.
The UNEAC Grants the “Royal Palm” Award to the University of Oriente
La Uneac transita hacia sus seis décadas librando una batalla irreconciliable contra la incultura y la indecencia
En camino a sus seis décadas de fundada, la Uneac está empeñada, como les pidiera el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en la clausura de su IX Congreso, a “librar una batalla irreconciliable contra la incultura y la indecencia”.
“…Hallaremos maneras de acrecer la multiplicidad y libertad real de nuestro arte y de hacerlo, en responsabilidad y grandeza, digno del momento que tenemos el privilegio de vivir.” Tamaño desafío –en palabras del poeta Roberto Fernández Retamar- el de ser útiles, desde la creación, a la obra transformadora revolucionaria. Las Memorias del Primer Congreso de Escritores y Artistas (1) refrendan –sin margen a distorsiones de contexto- el acompañamiento histórico de la vanguardia artística y literaria, al proceso sociopolítico iniciado en enero de 1959.
Para encauzar la crítica comprometida y la labor orientadora que suponía –e implica aún- hacer Patria desde la cultura, nació en agosto de 1961, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), 50 días después de aquel encuentro histórico con Fidel Castro en la Biblioteca Nacional.
Palabras a los intelectuales –recuerda un testigo de aquel día, por entonces el joven escritor de 21 años Miguel Barnet Lanza- “fue un gran diálogo de muchas tendencias”. Nacía con el
Nicolás Guillén, Alejo Carpentier, Roberto Fernández Retamar, Pablo Armando Fernández, Fayad Jamís, Mirtha Aguirre, Alicia Alonso, Onelio Jorge Cardoso, José Lezama Lima, Juan Marinello, René Portocarrero, Raquel Revuelta, Argeliers León, Alfredo Guevara, Mariano Rodríguez, Rita Longa, Samuel Feijóo, Servando Cabrera, Leo Brouwer; tantos nombres, muchos otros: fundadores, artistas reconocidos por sus obras, con creaciones puestas al servicio de un proyecto de país socialista.
El etnólogo Miguel Barnet, presidente de la Uneac por más de una década, puede recordar momentos de debate intenso, de definiciones, de oscurantismo incluso. Los hubo, sí, tiempos en que “el pensamiento adoctrinado, burocrático y oportunista”, distorsionó la política cultural de la Revolución. “Años, más de un quinquenio; pero la Unión mantuvo abiertas las puertas a todas las tendencias estéticas. Polémicas sobre cine, literatura, teatro, arquitectura, encontraron espacio. Siempre desde el respeto a las ideas ajenas, en discusiones fructíferas”.
“Estamos en el deber de discutir y encauzar la política cultural que impulsaron Fidel, y Armando Hart” -sentencia Barnet, y agrega- “una política cultural inclusiva, abierta y democrática, encaminada a escuchar al otro, a construir juntos.”
La Uneac es eso, resume el intelectual: “un foro de discusión y debate sobre los problemas de la creación y de la sociedad. El artista no puede ser un ente aislado, encerrado en una torre de marfil, tiene que ocuparse de la vida de su país. Antonio Gramsci lo definiría como intelectual orgánico.”
lo la política cultural del país, que acogió en su seno la heterogeneidad del arte del momento, conscientes todos de que la diversidad genera discusión, confrontación, que enriquecen la obra.
Para el actual Presidente de la Uneac, Luis Morlote Rivas, esa es precisamente la fortaleza de la Unión. “Los creadores aportan a la organización desde su propia experiencia; desde un ejercicio intelectual sistemático, en diálogo constante con las instituciones del país. Fidel nos enseñó que los espacios de la Uneac también son para pensar la sociedad, para aportar en la construcción de un país mejor; críticamente, pero desde el compromiso y la responsabilidad social.” –señala Morlote.
Durante décadas en la agenda de Uneac, no solo han estado las preocupaciones estéticas en torno a la creación. Los planes de estudio en nuestra educación, la enseñanza de la historia y la literatura, la formación de profesionales cultos capaces de discernir la verdadera cultura entre la avalancha pseudocultural que nos intenta imponer la poderosa industria del entretenimiento; la oferta cultural al turismo, la programación de los medios de comunicación; la lucha contra el racismo y por la igualdad de género; son algunas de las temáticas que han animado los Congresos, Consejos Nacionales y encuentros cotidianos de nuestros escritores y artistas, convocados por su organización. Un objetivo claro: aportar desde la creación artística a la calidad de vida de nuestra gente, a la plenitud del ser humano.
El proceso preparatorio del noveno Congreso, amplio y profundamente participativo, llamó a la organización a mirarse por dentro, a encontrar formas diversas y actualizadas de mostrar la diversidad creativa del país; a multiplicar espacios para el arte. Como fortaleza: la confluencia generacional, la obra de creadores de distintas épocas; maestros y jóvenes en formación; todos proponiendo ideas, conceptos, pensando proyectos colectivos.
“Toca a los miembros de la Uneac, primero que todo debatir, dialogar desde los espacios profundamente democráticos de la organización, cuestiones relacionadas con la creación –refiere Morlote–; pero también estamos llamados a participar en el diseño de las políticas culturales, en la búsqueda de soluciones a los problemas que tiene el sistema institucional de la cultura, relacionados con los creadores y su obra.”
Aun en medio de las carencias impuestas por el genocida bloqueo imperialista y por la COVID-19, que Cuba enfrenta de manera ejemplar, los escritores y artistas están llamados a seguir aportando con su arte al pueblo. En camino a sus seis décadas de fundada, la Uneac está empeñada, como les pidiera el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en la clausura de su IX Congreso, a “librar una batalla irreconciliable contra la incultura y la indecencia”.
Fuente: Cubadebate