Texto y fotos: Indira Ferrer Alonso
Portadas: Santiago Romero Chang
Santiago de Cuba, Aniversario 65 de la Revolución.- La Revolución Cubana cumplirá 65 años el primer día de enero próximo, y la ciudad donde fue proclamado el triunfo del Ejército Rebelde, en 1959, se alista para celebrar este aniversario con una imagen renovada.
Por estos días el casco histórico de Santiago de Cuba es escenario de varias obras de restauración. El ruido de taladros, martillos y máquinas de corte se funde con el polvo y el olor a pintura fresca en el centro en sitios emblemáticos como el entorno del Parque Céspedes, la icónica arteria Enramadas y otros sitios de emblemáticos.
La urbe más caribeña de este archipiélago se renueva para lucir más hermosa en los festejos decembrinos y para el advenimiento de un aniversario que simboliza resistencia y soberanía.
Restaurar edificios de incalculable valor es uno de los propósitos fundamentales en este contexto. Se trata de la última etapa de una serie de obras para mejorar el estado constructivo de inmuebles, espacios públicos y viales con el fin de favorecer los servicios, preservar el patrimonio y hacer de esta provincia un lugar más bello, higiénico y ordenado, como homenaje a los héroes y mártires de sucesos históricos de gran relevancia para la nación.
Un hito que renace
En el centro histórico de la urbe, sigue en pie el edificio que acogió desde el siglo XIV a la “Real Cárcel de Santiago de Cuba”, y que luego de muchos nombres, ha trascendido hasta hoy como el Vivac.
Considerado un hito de la arquitectura civil colonial, el inmueble de dos plantas enclavado en Aguilera y Padre Pico, recibe una amplia restauración que lo convertirá en sede de un conjunto de instituciones vitales para la vida cultural del territorio.
Al respecto, Omar López, Premio Nacional de Patrimonio Cultural y director de la Oficina del Conservador de la Ciudad, explicó que el Vivac será sede de la sección provincial de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba; de la Oficina del Historiador de la Ciudad; y de una dependencia de la Facultad de Arte de la Restauración del Patrimonio Cultural.
“Aquí estará la Dirección de interpretación del patrimonio del oriente de Cuba. Será un lugar para promover los altos valores históricos que posee esta región, y especialmente Santiago. El patio servirá para muchísimas actividades comunitarias, que ya se realizaban antes de la restauración, y por tanto se convertirá en un centro importante para el vínculo con la urbe a través del patrimonio”, apuntó.
El edificio tiene cuatro caras prácticamente iguales. De estas ya se terminó una y otra está en fase de terminación. También se reconstruyen paredes interiores y la cubierta, se sustituyen estructuras de madera y se acondicionan los locales para los fines previstos.
El arquitecto destacó que con el respaldo de la Agencia Suiza de Cooperación al Desarrollo (GEPAC) se instalará equipamiento tecnológico avanzado para propiciar la investigación y promoción de los valores históricos y patrimoniales de la zona oriental.
El Vivac fue un establecimiento penitenciario desde su inauguración en 1845 hasta 1968. Allí estuvieron patriotas como Perucho Figueredo y 70 expedicionarios del Virginius (que de ese lugar partieron hacia el Muro del matadero, sitio de su fusilamento); Don Emilio Bacardí; Fidel y Raúl Castro, así como otros asaltantes al cuartel Moncada.
López señaló que uno de los objetivos primordiales es devolver a la antigua sala de interrogatorios la imagen que tenía aquel 1 de agosto de 1953, cuando el teniente Pedro Sarría salvó la vida al líder de la Revolución llevándolo al Vivac y no al Moncada. De ahí que se realicen esfuerzos para recuperar objetos originales, como el icónico retrato de José Martí junto al que fue fotografiado el líder.
Para degustar la música de Cuba
A pocos metros de la Sala de Conciertos Dolores tendrán lugareños y foráneos un lugar para deleitar hasta al más exigente conocedor de la música, con una colección amplísima de discos de vinilo que atesoran voces y melodías imprescindibles en el pentagrama cubano.
El Centro de interpretación de la música (de nuestra música) abrirá sus puertas en una antigua construcción que renace del polvo y los escombros en el corazón de la ciudad. Se trata de un edificio neoclásico del siglo XVIII que se encontraba prácticamente destruido, y que, una vez restaurado, promoverá la apreciación de composiciones, intérpretes y agrupaciones que constituyen verdaderas leyendas del acervo musical de la Isla.
El Conservador comentó que este proyecto de desarrollo local buscará perpetuar las riquezas del patrimonio sonoro de la nación por medio de la difusión de sus valores, en estrecho vínculo con la comunidad.
“Siendo esta una Ciudad Creativa en la Música y teniendo una colección importante de vinilos patrimoniales, es natural que se cree una institución de este tipo. El Centro propiciará que la comunidad aprecie mejor la música cubana; que estudiantes y profesores de las escuelas de música tengan un centro de documentación donde buscar información. Y favorecerá el intercambio y donación de vinilos entre coleccionistas y la entidad”, consideró.
Situada en Aguilera entre Calvario y Reloj, la casa que acogerá tesoros como grabaciones originales de Ñico Saquito, el Trío Matamoros y otros grandes, sirvió de morada a un gobernador de Santiago de Cuba en el siglo XVIII, fue también la vivienda de uno de los hijos de hacendado y patriota bayamés Francisco Vicente Aguilera Tamayo.
Tesoros de una isla
Las labores de conservación, esas que garantizan la estabilidad del patrimonio cultural e histórico, se han convertido en brújula de los esfuerzos por mejorar la imagen y funcionalidad de los inmuebles y otros espacios que atestiguan el desarrollo de las artes, las ciencias, la economía o las tradiciones en el devenir de la nación.
“En este año la Oficina del Conservador de la Ciudad está trabajando en la conservación de un grupo de ambientes que tienen una calidad urbanística alcanzada, con el propósito de que se mantengan, de manera que podamos continuar en el rescate de otros”, comentó López Rodríguez.
De acuerdo con el arquitecto, uno de los mayores empeños es embellecer el Parque Céspedes, antigua plaza de armas y escenario principal de la conmemoración del aniversario 65 del triunfo de la Revolución, pues allí, en el balcón del Ayuntamiento, Fidel proclamó el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959.
En ese entorno, cuya importancia histórica y cultural resulta extraordinaria, se acomete la pavimentación de las calles Heredia, Santo Tomás, Aguilera y San Pedro. Además, en las aceras se sustituyen los adocretos dañados.
Asimismo, se trabaja en la conservación y pintura de las fachadas, lo cual imprime belleza al lugar conocido como anillo cero de la ciudad, espacio fundacional de la villa de Santiago de Cuba, donde se yerguen como testigos del tiempo la Catedral y la Casa de Diego Velázquez (la más antigua que se conserva en América).
El corredor patrimonial Las Enramadas, columna vertebral comercial y de ocio en la ciudad se beneficia con trabajos para mejorar la pavimentación mediante la sustitución de adocretos dañados y otras acciones.
Alistar el alumbrado público y perfeccionar el alumbrado monumental de la calle, restaurar fachadas, pintar edificios, así como dar mayor belleza a las vidrieras, son propósitos en los que se trabaja día y noche.
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El sistema principal de plazas, integrado por la Plaza Dolores, La Alameda y la Plaza de Marte también están en el programa de acciones para mejorar la imagen de la urbe. Y más allá de esta zona de centralidad, se acometen obras en la loma del Intendente, en las casas natales de Antonio Maceo, Vilma Espín y Frank País, y en el entorno de estas. También se realizan labores importantes en el Castillo del Morro, Patrimonio de la Humanidad; y en los cafetales La Isabelica y La Fraternidad.
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La más caribeña de las ciudades cubanas enamora por su particular arquitectura, guardiana de tesoros materiales e inmateriales que cuentan una parte importante de la historia de este país. Son muchos los incentivos para embellecerla y cada esfuerzo a favor del patrimonio se agradece, pues se trata de preservar los tesoros de una isla… esos que siguen en pie para recordarnos quiénes somos y de dónde venimos.
