Por: Teresa Melo
Negativos!.- La narrativa no demora tanto: un vecino (muy responsable) con síntomas, pcr, confirmación, ingreso, cuarentena y desinfección del edificio, control médico al resto de la familia (también muy responsables), pcr, confirmación, ingresos, nueva desinfección del edificio, lista de contactos de todos, pcr a contactos, visitas diarias: personal de salud para entrevistas y toma de temperatura, Delegado y mensajeros muy activos, venta intencionada de alimentos, desinfección y aseo; pcr al resto de vecinos del edificio, transporte por alguno con síntomas de gripe...
Hasta que se informan los resultados: ¡Negativos! Y sabemos que nuestros vecinos ingresados evolucionan bien eb cada M².
Tardé en darme cuenta de que no había cinta amarilla frente a mí.
El corazón recobra su latido normal; por días una se interroga, pensando sobre todo en la familia: ¿dejé de hacer algo? ¿me acerqué demasiado? ¿olvidé?
Cuba planifica y construye contra toda dificultad, por la salud, sí están incluidos todos los cubanos
Porque la alegría está permeada por la realidad de otros: enfermos y posibles; porque hay personas disciplinadas y otras muy irresponsables, aunque crece el número y la rapidez de los contagios, de los que duelen particularmente los lactantes…
Porque la narrativa que parece sencilla NO lo es. Cada paso significa personas que no se pueden quedar en sus casas, recursos, transportes, medios de protección, alimentos, medicamentos, pruebas…
Todos cuestan dinero y sacrificio…
Multiplico nuestro caso por cada poblado, municipio, provincia de Cuba, y solo puedo expresar mi agradecimiento y admiración por este esfuerzo extraordinario.
Le pedí se protegiera mucho y me dijo: «Lo hago, pero esto también es mi deber hacerlo».Gracias a todos los que nos protegieron, preocuparon y ocuparon.
¡Cuidémonos para Cuidar…!
Creo en ti, Cuba
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Por: Teresa Melo
CMKC Radio Revolución.- Estupor, cuando menos, y una alta cuota de repugnancia, me produce seguir leyendo frases y artículos que van desde lo vulgar a lo engañosamente sesudo para “analizar” cómo Cuba debe enfrentar la realidad ante este virus.
Los que así escriben “saben” más que directores de hospitales, científicos y especialistas de todas las ramas, presidente, ministros, gobernadores, en fin, todos los que amanecen trabajando o no duermen, porque no tienen tiempo de pensar en sí mismos; porque no están aburridos en su metro cuadrado, detrás de la pantalla de una computadora o de su móvil, para “dictar” consejos por control remoto, sin aportar nada beneficioso, sin reconocer un esfuerzo, sin el menor sentido de lo que es arriesgar y buscar una solución.
Algunos publican bajo un titular dulcificado y de apariencia positiva, porque saben que hay lectores, por lo general, que ni abren el artículo en cuestión (fácil de saber cuando en un comentario se preguntan detalles incluidos en él).
Los más abyectos ven como una gracia que alguien abandone un centro de aislamiento o se niegue a seguir las medidas sanitarias o no abra una puerta ante las pesquisas; lo comparten y alientan la desobediencia. Los más preparados desgranan filosofías trasnochadas Ese es el bloqueo interno.
Nada de empatía y solidaridad.
Cuba tuvo que comprar aquel barco para acceder al petróleo que cargaba.
En estos días, el donativo médico de mascarillas, kits de diagnóstico rápido y ventiladores, de parte de Jack Ma, fundador de Alibaba, el gigante electrónico chino, no había podido llegar a nuestra isla, porque la empresa estadounidense contratada para hacerlo se negó, alegando las leyes que lo impiden, a pesar de que sí llegaron a Japón, Corea del Sur, Italia, Irán, España, Etiopía, Bélgica, Francia, al propio Estados Unidos y a unos cincuenta países más. La información detallada aparece en la página de la Embajada de Cuba en China, y hoy en medios cubanos.
Esa es la realidad.
Los críticos de salón no están interesados en hacer campaña contra un hecho que desdice de sus supuestos deseos de unidad y preocupación por los cubanos todos.
Tendrían que mencionar la palabra bloqueo, más amargo e inhumano aún cuando de salud se trata, y reconocer que en lo que Cuba planifica y construye contra toda dificultad, por la salud, sí están incluidos todos los cubanos, incluso ellos.