Disminuir el alcoholismo, desafío en la salud pública santiaguera

Disminuir el alcoholismo, desafío en la salud pública santiaguera
Disminuir el alcoholismo, desafío en la salud pública santiaguera
Disminuir el alcoholismo, desafío en la salud pública santiaguera

Audio: Xiomara Pieri Jiménez
Alcoholismo- Santiago de Cuba mantiene el programa de salud pública para contrarrestar el alcoholismo, considerado como la puerta que abre el camino hacia otros flagelos que puede repercutir negativamente en la persona, la familia y su entorno.

Alcoholismo- En todo el mundo se ha incrementado la producción de bebidas alcohólicas y el alza del consumo en nuevos grupos poblacionales. Lo que unidos a actitudes permisivas de la comunidad ante su consumo, favorecen los problemas de salud, los conflictos familiares y los desórdenes sociales.

Como bebida comenzó siendo parte de ritos religiosos en comunidades primitivas, puesto que luego de su ingestión sentían que podían acercarse y hablar con los dioses.

El origen de las relaciones entre el alcohol, el hombre y la sociedad, se pierde a lo largo del tiempo, para darle paso a un problema actual que no respeta cultura, economía ni credo religioso. Las primeras referencias escritas sobre las consecuencias negativas del alcoholismo se remiten a la Biblia, donde se consideraba la primera enfermedad y el segundo problema social.

También Hipócrates se refirió a esta problemática al hablar de la locura alcohólica. En el año 800 se produjo el descubrimiento del proceso de destilación, lo que permitió aumentar la concentración de los productos alcohólicos y su a vez el poder de daño a las personas. Surgen así, las bebidas destiladas entre las que se encuentran el ron y el coñac.

Existen reportes escritos del uso de cerveza, vinos y otras bebidas alcohólicas que datan desde 3000 años antes de Cristo.

Los antiguos griegos empleaban el vino como parte indisoluble de su alimentación y efectuaban celebraciones religiosas donde agradecían al Dios del Vino por la creación de esta sustancia. En la cultura romana se dio continuidad a estas costumbres y tradiciones.

Durante la edad media el alcohol se utilizó como remedio para muchas enfermedades. Era utilizado también para mantener en un estado de semiinconsciencia a las personas que debían ser operadas.

Estas evidencias muestran como el consumo de alcohol era un comportamiento normal dentro de las sociedades medievales.

En la América precolombina, preparaban en lo que hoy es México el pulque del agave; chicha, en Panamá, akja o aswa de maíz en costa y sierra de Tahuantinsuyu, masato de yuca triturada en la selva, que son las conocidas, y de uso actual.

El término alcohol proviene del árabe alkuhl que significa esencia o espíritu. Esta sustancia se obtiene a partir de la fermentación de productos vegetales. Se considera que fue utilizado por el hombre desde los albores de la humanidad.

El alcoholismo, se define como intoxicación por el alcohol, en que se distingue la embriaguez ocasional o el trastorno temporal causado por el consumo abusivo de bebidas alcohólicas.

Se define además como una enfermedad crónica, progresiva y fatal caracterizada por tolerancia y dependencia física, o cambios orgánicos patológicos, o ambos; toda consecuencia directa o indirecta del alcohol ingerido.

Disminuir el alcoholismo, desafío en la salud pública santiaguera
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Es también considerado como el hábito de tomar bebidas alcohólicas en cantidades tales y con tal frecuencia, que conduce a la pérdida de eficacia para el trabajo, a trastornos de la vida en familia.

El consumo de sustancias adictivas genera serios problemas de salud en las personas consumidoras; así como problemas sociales que se manifiestan en el aumento de los gastos de los sistemas de salud en la atención de los adictos y sus familiares, en el aumento de conflictos y violencia en la familia, en el incremento de la pobreza, generación de mayores niveles de violencia social, entre otros efectos negativos.

Disminuir el alcoholismo, desafío en la salud pública santiaguera
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En Cuba, se considera que el 45,2 de la población mayor de 15 años consume bebidas alcohólicas, fundamentalmente en los rangos de edades comprendidos entre 15 y 44 años de edad y la mayoría de los dependientes alcohólicos tienen edades comprendidas entre 25 y 42 años.

Lo que evidencia en la actualidad una contradicción que implica un problema social de la Ciencia en Cuba, pues a pesar de todos los esfuerzos que se han realizado para solucionar esta problemática, en los últimos 15 años se ha observado una tendencia al aumento del consumo a escala social.

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