Un ideal a salvo

Fidel reivindicó los sucesos del 26 de julio de 1953, en Santiago de Cuba y Bayamo

Imagen web: Santiago Romero Chang
Un ideal a salvo.- Fidel explicó que, ante la hipotética oportunidad de volver a iniciar la lucha, habría optado por saltarse el Moncada e ir directo a la Sierra, sin embargo, siempre reivindicó los sucesos del 26 de julio de 1953, en Santiago de Cuba y Bayamo, como una derrota militar y una victoria política, un punto de no retorno que marcó un antes y un después en el despertar de la conciencia nacional.

Fidel reivindicó los sucesos del 26 de julio de 1953, en Santiago de Cuba y Bayamo
Un ideal a salvo- Fidel reivindicó los sucesos del 26 de julio de 1953, en Santiago de Cuba y Bayamo. Imagen web: Santiago Romero Chang
Fidel presentado en el Vivac Municipal de Santiago, el 1ro de agosto de 1953.

Cuando Fidel Castro, en voz baja, le confesó al teniente Pedro Sarría que él realmente no era Francisco González Calderín, como se había identificado un rato antes con sus captores, sino el mismísimo jefe de la acción armada llevada a cabo contra la segunda fortaleza más importante del país, aquel militar de experiencia, que sabía muy bien lo que estaba pasando en el cuartel, solo atinó a darle un consejo que a la postre resultaría salvador:

–No se lo digas a nadie.

Batista había divulgado un infundio muy parecido a los que pululan hoy día en las redes: que los asaltantes al Moncada habían degollado a los soldados enfermos en el hospital, una mentira deliberadamente propagada con el fin de justificar la carnicería que se había ordenado de manera expedita desde el mando central, en La Habana, y que los matones de Río Chaviano estaban ejecutando con mucho entusiasmo.

Según se ha podido cotejar, en el ataque los revolucionarios habían tenido cinco bajas mortales, pero horas después fueron asesinados otros 56 jóvenes, y si aquel mismo día no hubo más fue por la actitud de Sarría, que desde el momento mismo de la captura no se despegó un minuto de Fidel: lo condujo en la cabina del vehículo; se negó a entregárselo al comandante Pérez Chaumont –«El prisionero es mío», le dijo–, y nunca se le ocurrió llevarlo al Moncada, sino al Vivac.

En este último sitio Fidel fue interrogado por el propio Chacal de Oriente; los fotógrafos logran tomarle la conocida imagen con José Martí a sus espaldas; la prensa divulga la noticia de que el jefe del asalto no se encuentra muerto, como ya se había informado; y el revolucionario le da la cara al país: «Me hago responsable de todo».

Luego vendría la cárcel de Boniato, el juicio y La historia me absolverá; la prisión en la Isla de Pinos, el exilio y el regreso a las mismas montañas donde Sarría y sus hombres lo habían sorprendido dormido, tres años antes, en aquel bohío inmundo, sin imaginar nunca que tenían ante sí al hombre que cambiaría la historia de su país.

Fidel explicó que, ante la hipotética oportunidad de volver a iniciar la lucha, habría optado por saltarse el Moncada e ir directo a la Sierra, sin embargo, siempre reivindicó los sucesos del 26 de julio de 1953, en Santiago de Cuba y Bayamo, como una derrota militar y una victoria política, un punto de no retorno que marcó un antes y un después en el despertar de la conciencia nacional.

Ignacio Ramonet, quien escuchó este relato por boca del propio líder cubano mientras sostenía la histórica conversación que luego quedaría recogida como Cien horas con Fidel, no tardó en reconocer que el teniente Sarría resultó una casualidad afortunada para el líder de la Revolución que estaba naciendo por aquellos días.

–Le debe usted la vida, evidentemente– le comentó el intelectual de origen español, director de Le Monde Diplomatique.

–¡Tres veces por lo menos!–, le respondió Fidel.

Autor: Juan Antonio Borrego | internet@granma.cu

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Un ideal a salvo- Fidel reivindicó los sucesos del 26 de julio de 1953, en Santiago de Cuba y Bayamo

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Cuartel Moncada (antiguo cuartel colonial llamado Reina Mercedes). Cuartel militar cubano que pasó a la historia tras el asalto de un grupo de jóvenes dirigidos por Fidel Castro que tenían como objetivo tomar el cuartel y luego dirigirse a las lomas de Santiago de Cuba para iniciar la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista. En la actualidad alberga la Ciudad Escolar 26 de Julio.

Historia

La historia del Cuartel Moncada comenzó en 1859, cuando se colocó la primera piedra de lo que después fuera conocido inicialmente como cuartel del Nuevo Presidio, por estar destinado a servir de cárcel departamental en Santiago de Cuba.

En 1859 el brigadier Carlos de Vargas Machuca, gobernador de la jurisdicción del Departamento Oriental de la Isla de Cuba, hizo comenzar la construcción del cuartel Reina Mercedes ―en honor a la esposa del rey Alfonso XIII― bajo la dirección de Manuel de Ciria, marqués de Villaitre (miembro de la familia Vinent).

Durante las guerras independentistas del siglo XIX el cuartel Reina Mercedes, además de albergar las tropas españolas durante la contienda, mantenía presos en sus calabozos a muchos patriotas y además tenía la misión de defender la plaza de Santiago de Cuba. El 21 de noviembre de 1893 el mayor general Guillermón Moncada fue detenido por las autoridades españolas en La Caoba (Alto Songo) e internado en los calabozos del cuartel Reina Mercedes.

El 17 de julio de 1898 el general Toral ―gobernador español de la plaza de Santiago de Cuba― se rindió ante las tropas invasoras estadounidenses que ocuparon el cuartel Reina Mercedes. Los estadounidenses negaron al general mambí Calixto García entrar en Santiago de Cuba con el Ejército Libertador.

El 18 de agosto de 1902 tomó posesión de su cargo el entonces teniente coronel Saturnino Lora Torres, nombrado “jefe de la Guardia Rural de Oriente”, con sede en el cuartel Reina Mercedes. Se supone que Lora fue el de la sugerencia de ponerle al cuartel el nombre de Guillermo Moncada.

El 19 de agosto de 1906 ―con motivo del alzamiento de Pino Guerra en Pinar del Río―, la Guardia Rural, cumpliendo órdenes del Secretario de Gobernación, detuvo en El Caney al general Demetrio Castillo Duany y a Juan Gualberto Gómez, que fueron internados en el cuartel de Santiago de Cuba.

En enero de 1909, durante la segunda intervención estadounidense en Cuba, el gobernador Charles Magoon, mediante decreto, retiró por “imposibilidades físicas” al ya general Saturnino Lora como jefe de la Guardia Rural en Oriente, con sede en el viejo cuartel colonial.

El 30 de enero un decreto firmado por el entonces presidente José Miguel Gómez ascendió al teniente coronel Juan Vaillant y López del Castillo, y lo nombró jefe de la Guardia Rural en Oriente.

Según el historiador santiaguero Carlos E. Forment, en sus Crónicas de Santiago de Cuba, a partir de febrero de 1909 se empezó a llamar Moncada al viejo cuartel, donde operaba un regimiento de la Guardia Rural.

En 1910 el general Vicente Miniet, quien se hallaba alzado en San Luis, fue detenido por tropas al mando del general Monteagudo, jefe del Ejército y conducido al cuartel Moncada.

En 1917 se sublevó la guarnición del cuartel Moncada, que apoyaba a los liberales de José Miguel Gómez, en lo que se denominó la Insurrección de La Chambelona.

En 1930, durante las jornadas estudiantiles y obreras de lucha contra Gerardo Machado, el Tercio Táctico ubicado en el cuartel Moncada salió a la calle a reprimir a plan de machete a los manifestantes. Muchos fueron detenidos en el propio cuartel donde radicaba el Primer Distrito Militar de la provincia. Gerardo Machado nombró supervisores militares en cada provincia y en Oriente designó al comandante Arsenio Ortiz, llamado “el Chacal de Oriente” por sus crímenes.

El 10 de agosto de 1931 el líder antiimperialista Antonio Guiteras se alzó en La Gallinita. Fue apresado y conducido al cuartel Moncada donde permaneció hasta que fue trasladado a la cárcel de Guantánamo.

El 5 de septiembre de 1933, recién derrocado Gerardo Machado, Antonio Guiteras se reunió en el cuartel Moncada con miembros del Directorio Estudiantil Universitario para impedir que desembarque un destructor estadounidense.

El 11 de diciembre de 1937 un extraño incendio destruyó el viejo cuartel Moncada. La Cámara de Representantes de Cuba concedió un crédito de cien mil pesos para su reconstrucción.

Ante el golpe militar dado por Fulgencio Batista en el Cuartel Columbia el 10 de marzo de 1952, la guarnición del Moncada vaciló en sus primeros momentos ante la presencia de las instituciones cívicas de Santiago de Cuba y del pueblo pidiendo armas para la resistencia. A las pocas horas traicionó a su pueblo y se adhirió al golpe. El entonces capitán Alberto del Río Chaviano asumió la jefatura del Regimiento n.º 1.

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